Menudo picatoste, que es lo mismo que decir que menuda tajada mental, tienen lo del "rock metálico vampiresco" según leo en la crónica amarillista del "Extra". Resulta que ahora no saben si están viviendo todavía en el año 2004 (y es que retrasados son bastante retrasados en esto de tener en la hora justa sus relojes). Son tan retrasados (hasta podemos decir que mentales) que titulan Cuna de Suciedad a sus propias composiciones que no son ni musicales ni masticables. Les ha dado por hacer el "burton" (que es la última forma de nominarse "brutus metalicus asonantius" con sus conciertos "made in "El Grifo"). Bueno The Grief me supongo que se traduce por "El Grifo" porque cantan como se pusiesen en la boca una tubería (no confundan con una tuba) de griferíay así "chorrean" de lo lindo que de tantos salivazos que sueltan (mezclados con gallo va y gallo viene) parecen una estampa sacada de un libro de Lovecraft.
La ceremonia de iniciación la formulan (porque no saben lo que significa la palabra inauguración de tan guturales que son hablando) que da lo mismo que se toquen el guitarrón (en el buen sentido de la palabra) con la izquierda o con la derecha. Tienen tan poca calidad musical que en vez de guitarra se tocan el guitarrón y adoran a la Venus Inversa... o sea, que cogen a la diosa Venus y la ponen cabeza a bajo para ver si así nos dan miedo. De risa. De verdad que es de risa ver esa caligrafía (sacada, al parecer de los caligramas de Apolliniare de tan apolillados como están) que dice "Traído de Foto Finish" y es que en la foto de verdad qwue parecen "finish"... pero "finish" de acabados por completo.
Hay que estar tocado de los oídos para saber qué se tocan los Dani Filth ("Dani con Filtro" que más parece que en vez de tocar con sordina, y sordo es un montonazo, toca con sardina o mejor dicho con las raspas de una sardina), Dave Pybus (que más se parece a un pibe de lo bajito que es y por eso toca el bajo y hasta el contrabajo que lo ha aprendido en los sótanos de un garaje del siglo XIX), Paul Allender (allende los mares será donde pueda ser algo más que un simple y simplón Paulino porque ha debido aprender canto con los hermanos paulinos pero salió "rana" el renacuajo), James McIlroy (que se cree Leroy cuando sólo sabe cantar con corriente electrica alterna entre religioso y contrarreligioso porque no se entera el tipo ni por dónde van los tiros este año en música moderna y es que está más pasado y pesado que un melón con paperas) y Martin Skaroupka (que a saber si quiere decir "La Cara me Ocupa" o "Mi Cara tiene la Culpa").
Así que cansado y aburrido de leer sobre el rock metálico vampírico que en vez de miedo da risa por favor que ya no se lleva eso y que están más pasados y pesados que un hipogrifo con diarrea día tras día (y qué pena de papel malgastado con esta noticia) prefiero mil, diez mil, cien mil y hasta un millón de veces ver las tres fotografias de Laura Valencia por las tres siguientes razones bien razonadas: en la primera fotografía tiene una cara tan preciosa que precisamente eso sí que es tener cara; en la segunda fotografía tiene un perfil que es de verdad tan completo que parece un alfil de ajedrez dando jaque mate al rey del equipo contrario; y en la tercera fotografía tiene una espalda que tira de espaldas a quien la mira más de quince segundos seguidos.
Así que paso de onda y veo la fotografía de la jovencísima australiana Nikki Wisser que sí es australiana de verdad y no como otras que parece que han nacido en Gotemburg porque ya padecen hasta de gota (y que me perdone la Sarita multimatrimonial pero prefiero ver jugar al futbolista Saritama que por eso es de la Selección Ecuatoriana que escuchar una selección de cantes de la Sarita mutimatrimonial of the record) y bueno, pues eso, que tan buena como Laura Valencia está Nikki Wisser pero yo no las cambio por mi Princesa y hago muy bien porque es una linda hispanoecuatoriana que está pero que mucho mejor que ellas dos juntas porque además es tan natural como la Güitig, que no es que sea la última novia de Guti que por cierto casi se mata en Turquía por culpa de un trompazo (trompa iba el muchacho y no hay quien le enderece) sino que es como el agua fresca y natural. Bien. Quien quiera picatostes vampíricus allá ellos y ellas lo que se pierden. ¿O es que no se dan cuenta de que el pacatoste vampírico ni tiene sustancia o como decimos en España, no es ni chicha ni limonada. Hala. Me voy a tomar una limonada que, por lo menos, tengo en quien pensar de lo enamorado que estoy de ella.