Olé
a paso doble, revoloteando los tacos de tus egocéntricos pasos
a este suelo que no te merece: ¡Asesino!
Olé
al son de doce cuerdas, y virtuosas manos
por que para ti con seis es burda e incoherente música: ¡Cobarde!
Olé
sobre las gradas
cuando el flamenco se convierte
en la bélica fanfarrea
en el himno del crimen.
donde las doncellas están al borde
del suspiro agónico, como si de verdad puras fueran
pues su dedo les fornico el himen
pero aún así, las putas en vela, por la heroica lucha
de un cavernícola torpe, vestido con lentejuelas, de oro
en busca de un reconocimiento televisivo
sin importarle la vida de este ser que se aferra
que se defiende
a cuernos limpios
la epopeya lucha entre una bestia
y una víctima de ojos sublimes, con miedo y fríos
de éste inocente bovinos que el único pecado sería
haber nacido con el apellido de lidia.
Olé
¡Taurino Matón!
Olé
¡Carniceras Muchedumbres Ignorantes!
Yo no creo que te hayas muerto la infinidad de veces
que te has visto morir a un toro.
A mí no me convence tú criterio de víctima al afirmar
el peligro y salir victorioso de tu ballet de la muerte, nada;
¡Me Cago en tus Logros!
Oh! mi dulce amigo semental
maquillado de marrón y enfatizado en sangre
no es más que perspicuo decirte cuanto me arde
y ser de carne, un humano como tal...
pues qué complicidad tan mutua el sentirme reflejado en ti
viendo a aquel novillero pronunciando la estúpida poesía de su capote
portando una espada para arrancarte una oreja, sin susurrarte el perdón
sin siquiera dar a notar que le importe algo
pues para éste, el orgullo es quitarte el equilibrio al exiliarte el rabo
como presumiendo que él no lo necesita
si es sacado en brazos sobre tu muerte solitaria en un ruedo árido.
Mírale su estúpida hazaña al infame que dice que un hombre de verdad
es aquel que entrega su vida en ese coliseo
donde está en juego su honra, ante un arte que es más vil e inentendible
que el dadaísmo cristero.
¿Cuantos de tus lejanos compatriotas, de tu misma especie, o cruza, son ahora galería
de este matadero o cruel pago por evento, tan gritado por gentuza?
Él no deja su vida marcada en esta justa
solo tatúa con fuego las banderillas en tú espalda... cerca de tu corazón
mírale fijamente, como le arrojan flores por un asesinato
y a mí agua fría y masetas duras cuando les llevo serenata
y bajo el balcón les grito putas a las que no reciben mi amor
por ser un anti-literato niñato.
¿No es contraproducente hasta ser encarcelado por mis poéticos actos
y este hasta en brazos y en piernas siempre será recordado?
Le han de tener coraje infinito a la golfa que los ha parido
que en vez de útero poseía un retrete
y aun así los alimentó
con esas escuálidas carnes, de niños los amamantó
con unas humanas ubres podridas llenas de leche agria, de una desgraciada mama
qué lo único que tenia de comparsa era el peso... más no fue una vaca
esa a la que le llamaron madre, y que ha de ser la razón
del odio a los de tu especie, y a ti semental agonizante.
Mírales el maldito contraste
sus ridículas medias rojas
la estúpida pose de rodillas para sentirse más grande que dios
más fue lo que aprendió de su madre, abriendo la boca para que le entre toda.
El absurdo sombrero
el sucio montón de billetes de los pendejos
la bulla de los puercos morbosos de la primera fila
los políticos corruptos a quien dedican la batalla
el hijo que quiere ser como su padre con toda su gala
la madre que no se indigna, orgullosa y extasiada
la muerte
que nunca se para en estos lares
porque dicen que sin tetas no hay paraíso
pero a las vacas les sobra y entran directo al cielo
y tú eres un toro enamorado de la luna, y el vino
y esto que perece
esto que es tan brutal
algo que hasta el administrador del rastro inmuta
lo haría llorar... mientras mi cuerpo solloza
Olé: a la champagne venérea
Olé: al rejoneador de cara bonita, cerebro pequeño y consciencia nula
Olé: al torero
Olé: al matador