Momentos de gloria-3 (Sólo para futboleros y futboleras) Diario
Publicado en Nov 29, 2010
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Si la cancha de fútbol sala de la Iglesia Verbo de Quito daba verdadera pena, la cancha de fútbol sala de Verbo Norte todavía daba tanta pena o más incluso, aunque estaba en mejores condiciones. Pero era grimoso jugar alli por dos razones: el ambiente frío y desolado de jugar sobre el duro lecho del suelo de cemento y la poca consistencia que seguían teniendo los jugadores para elaborar juego de conjunto; aunque hay que reocnocer que aquí se jugaba algo mejor y se podía construir un poco de táctica futbolística. Pero el gran fallo es que los partidos se celebraban con pelotas tan minúsculas y hasta algunas ya desinfladas que pocas ganas entraban de participar. Por eso muchas veces rechacé jugar allí y las pocas veces que lo hice sólo me limité a trazar algún que otro pase más o menos medido y hasta es posible que metiera algún gol pero de esto no me acuerdo realmente. Sólo recuerdo que una vez que fui a jugar allí me transportó mi cuñado Diego en su moto. Lo que nadie supo es que la moto, al arrancar, pilló con su rueda trasera mi gabardina y sólo un milagro de Jesucristo hizo que no me desnucara; pero en la gabardina quedó para siempre la mancha de la rueda de la moto de Diego. Dicho ésto, lo único destacable que pude realizar en esta grimosa pista de cemento fueron algunas jugadas aisladas pero de poca consistencia. No es que yo hubiese bajado mi resistencia física y mi capacidad intelectiva para jugar al fútbol sino que la razón de haber pasado por aquel campo sin pena ni gloria era la falta de hilación futbolística necesaria para hacer grandes cosas con la pelota. Los recuerdos de mi infancia futbolítica en el Colegio Lope de Rueda de Madrid ya me habían venido a la memoria en el campo del Verbo Quito y ahora volvían a mis recuerdos en el campo de Verbo Norte. Una especie de patio donde jugar que suponía poner en riesgo tu físico. Además, en este caso, la llegada y salida contínua de camiones y furgonetas que cargaban y descargaban en el almacén que estaba a un costado de la cancha me distraían la atención y me desanimaban por completo porque no podía concentrarme en el juego ni entrar nunca en el juego debidamente motivado. Con aquellas pequeñas y ridículas pelotas había que echarle muchos bemoles para poder jugar bien en tal lamentable cancha. Algunas pequeñas gotas de Arte futbolístico dejé (y quizás algún gol que otro) pero tan frío y triste era jugar allí que nunca me acostumbré porque mi temperamento de jugador alegre y suelto perdía la gracia de su libertad. Sólo entraban ganas de ir al baño y eso hacíamos nada terminar los encuentros de fútbol. Total: una experiencia fría y anodina con dos o tres detalles nada más. Y por eso muchas veces me negaba a jugar y me limitaba a ser simplemente un espectador de aquella manera de jugar fútbol desmadejado y sin sentido, propio más bien para niños de colegio de primaria más que para fubolistas hechos y derechos coomo éramos. En resumen: una página de estas memorias y recuerdos como par olvidar. Lo que nunca olvidaré es que una vez entré en el almacén de materiales y vi, con gran asombro, que todos los casettes de la mñusica de mi cuñado Fernando -un gran cantautor para Jesucristo- estaban alli apiñadas y sin darle salida al mercado. ¿Por qué?. Porque el pastor Pástor también envidiaba como cantante a mi cuñado Fernando (mucho más profundo en los temas y mejor voz que la de él). Y allí, entre peloteo va y peloteo viene, pude comprobar que a veces la envidia trae estas consecuencias. Yo no podía hacer otra cosa sino decir adiós a aquellas tardes de fútbol tedioso que no merecían la pena desplazarse desde la Avenida La Gasca hasta la Avenida de la Prensa con el cruce de la Vaca de Castro. Fernando, desde luego, nunca jugó allí y yo es como si no hubiese jugado nunca porque, salvo dos o tres destellos de clase futbolística, en aquella cancha pasé sin pena ni gloria. Y no me da pena decirlo sino que me quedo pensativo recordando mi fútbol de infancia porque, en verdad, allí sólo se podía jugar como niños con pelotas de goma.
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Foto del autor José Orero De Julián
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Descripción

Página de Diario personal.

Palabras Clave: Diario Memoria Recuerdos.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Personales



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