Aunque me ignores, sigo en tu vida;
hay heridas que se tornan virtud.
La mano que hoy corta tus ramas,
puede mañana acercarte la luz.
 
Lo seco y estéril no sirve al alma,
ni ayuda a la tierra la inútil quietud.
Todo crece, porque todo lo llama,
y sólo a lo muerto se pone la cruz.
 
El bien y el mal engañan al Hombre
y son los pilares de un mundo dual.
No hay mal que por bien no venga,
ni un bien que proteja de todo mal.
 
Tiempo al tiempo -dijo la tortuga-,
para las prisas no está el vendaval.
Corre como el viento -dijo la liebre-,
que nada ni nadie te pueda alcanzar.
 
Benditos los ojos que ven el mañana.
Bendita la mano que lo hace venir.
Bendito el amor que mueve montañas.
Bendita la tierra que lo va a recibir.
G.S.A.