EL ERMITAÑO
Publicado en Jun 18, 2009
EL ERMITAÑO
Soy el alma de Nicolás el ermitaño. Abandoné las pompas de este mundo en una cueva que descubrí en Ocaña, para dedicarme por completo a Dios. En vida los ángeles me alimentaron con bebidas y manjares exquisitos, servidos en recipientes de plata decorados con oro y piedras finas. Un día mis mecenas no vinieron porque murió Proto, mi vecino, un vagabundo sinvergüenza que se arrepintió a última hora y se fue derecho al Cielo. Luego, los alados mensajeros volvieron con sus viandas de costumbre y me hallaron con tremenda furia porque vi a mi Señor como un bellaco. Rabié de manera endemoniada, consumido de malsana envidia. Así me sorprendió la muerte, sin tiempo para arrepentirme, y el Diablo se apresuró a llevarme como regalo, a sus profundidades. Desde allí lanzo blasfemias espantosas cuando no me presento cabalgando sobre densas nubes que vomitan fuego, puestas por Satán para asustar ingenuos que descubro en los contornos terrenales donde me llaman despectivamente El fantasma del ermitaño condenado.
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Hoz Leudnadez
no hay mejor compañia para un solitario que maldecir...blasfemas al silencio,,,es nejor a ser un cobarde y arrepentirse a ultima hora....un abrazo que le lleve el cenzontle señor mio...de aca su amigo Hoz,,,excelente!!!!!