LA VIEJA COLMILLONA
Publicado en Jun 17, 2009
LA VIEJA COLMILLONA
Me arrimo donde comen los peones y reposan al final de la jornada, cuando están asando plátanos y sirviendo sus tazas de café, porque el fogón está encendido y permite calentar mis huesos. Es la hora de escuchar canciones, coplas y cuentos tradicionales de Sebastián de las Gracias, Cosiaca y Pedro Rimales, mientras me arreglo el cabello con mis largas y peludas manos. Entro y salgo sin causarles daño, y juego con las brasas del fogón cuando robo sus plátanos asados, que son mi alimento preferido, los cuales me atarugo de un jalón. Así paso la vida en esos sitios, tejiendo leyendas que se forman con la Rodillona, mi comadre, La Dama Verde, la Cabellona o Mechuda, la Niña de la Carta y la Sirena del Arco.
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