El auto, era muy, muy bueno,
bonito tuning y custumizado,
con rojas flamas de fuego a ambos lados,
llantas bajas y motor preparado.
No era extraño que superara los cien,
en cinco seís segundos máximo,
ni ganar las carreras callejeras,
ni correr por las calles los sábados,
Tal vez, con tiempo a mí me gustaría,
tal vez, tendría un auto preparado,
son muchos los tal vez, en mi futuro...
Ninguno, los cumpliré, por mi estado...
El auto negro, corre, corre y corre.
Se parece un caballo desbocado.
La mujer ve a ambos lados de la calle,
la cruza rápido, va oyendo radio.
En su vientre yo viajo muy seguro,
pues el vientre de mamá es lo máximo.
El auto encuentra a la mujer de golpe,
el golpe arranca, dos vidas de cuajo.
Porqué terminé antes de comenzar,
mi mamá también murió del impacto,
el chico de veinte, no está tras rejas,
es menor y no, puede ser juzgado...
Yo me pregunto: ¿yo no valgo nada?.
¿No intereso, yo, el asesinado?
Mi madre y su muerte, no vale nada.
¿Sólo tiene derecho el victimario?
Mientras espero, justicia en mi tumba,
tengo a mi, hermosa, mamá a mi lado...
Afuera el pibe sube al auto negro,
espera la luz verde del semáforo.