Yo sigo aquí,
algunos se van,
otros se quedan.
No estoy hablando de la muerte,
sino de la capacidad de perder el sentimiento
por no encontrar la tranquilidad de seguir
escribiendo las impresiones del alma,
en suspiros de alegría,
o de estar encadenados en el amor
sobre caminos silenciosos,
acompañados por la soledad.
Yo mismo he experimentado
la falta de ideas escritas,
 y me he sentado llorar,
o simplemente me acuesto sobre la cama
para poder meditar
y enseguida, ver mi cuerpo vacío
porque me hace falta el ingenio
para mostrar,
lo que me duele,
lo que me hace feliz,
 ahorita estoy aquí,
no sé,
si con la creatividad necesaria
para plasmar mis pensamientos,
pero lo importante, es que estoy aquí
mostrando todo lo que tengo
de mis  inquietudes,
por las verdades a media,
de los políticos
que se apoderán lentamente de nuestros
países latinoamericanos,
burlándose de la democracia,
cometiendo infracciones deshonestas
y abusos de autoridad,
 inventando altos tributos,
 sin respetar las leyes constitucionales
 en compañía del poder judicial,
 con el fin de  volverse millonarios
a través del dinero público
 y salir libres con técnicas especifica
 en defenderse de las agresiones personales
  de los pocos  adversarios
 con sarcasmo e información truncada
para transformar la realidad
y adaptarla a sus intereses,
en un lenguaje no¨ silencioso¨,
sino¨ licencioso¨ y corrompido
para seguir disfrutando del poder
 en beneficio propio  con promesas  neutras
 para un pueblo
engañado en una turbulencia
 de parlanchines mediadores y comisionistas.
Alguna vez, un indígena me dijo que,
era un sabio porque sabía escribir,
yo le contesté que, era un espíritu miedoso
por no combatir en una revolución pacífica
a favor de ellos.
Pero yo sigo aquí,
quizás perdiendo el tiempo,
escribiendo