Y qué de las cartas huerfanas
cuando la ausencia congela
la voz.
Puta carencia afectiva
sentirán en cajones, armarios,
tumbas que dejamos a merced
de la inclemencia,
que a menudo castigamos
a mansalva para herirlas
y salvarnos.
Pero un día ellas se abren
porque trampas desalmadas
nos atraen,
nos desnudan y nos dejan
de una vuelta como medias.