Lagrimas de canela
Publicado en Oct 18, 2010
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En un principio todo era así; sin ningún patrón delimitante. Juan crecía junto a la rivera del río Tampaon, se alimentaba de camarones y de los pocos alimentos que la buena tierra le otorgaba en su bondad infinita.
Eso era todo, nada fuera de lo común, nada salvo esa tristeza eterna de todos los huérfanos que se desviven por un trozo de tortilla en esa cultura mexicana milenaria de sudores, maíz y lagrimas.
Domingo Pérez era el claro ejemplo de un padre severo pero íntegro en aquella sociedad mexicana de la década de los 40s.
Cuando su esposa Rosa murió victima de un hechizo lanzado por el brujo local de La Primavera, se vio repentinamente a cargo de 5 hijos, los restantes después de la muerte de Petronilo y de otros dos cuyos nombres solo recuerda en la lucidez de sus borracheras frecuentes.
_Por eso tomo compadre Andrés; por eso, porque deseo acordarme de Petronilo, de Anastasia, de Joaquín, pero sobre todo de Rosita, ella era tan buena la pobrecita y estaba tan gordita tan llenita de vida que no me cabe en la cabeza como es que se pudo ir así nomás sin avisarme, como es que pudo dejarme orita que Rufino aun necesita de ella...
Pero ya verás que me las va a pagar, a ese pendejo de Román un día de estos se lo va a cargar la guesuda, un día de estos...
Nomás deja que se de el maicito y junte unos cuantos centavos me largo pa’ la sierra, por ahí me dijeron que hay un brujo guenisimo y entonces vera el hijo de tal por cual si es tan cabrón como dice.
Nomás espero que Diosito nos mande la agüita a tiempo porque de otra forma tendré que vender hasta al Canelo, pero te aseguro que es esto no se queda así, te aseguro que así no se queda, Diosito me ha de dispensar por lo que pienso hacer…
Un paraje selvático reinaba con un señorío monumental toda la región. En el podías encontrar cuanto desearas, árboles de naranja, mangos, limones, jobos, ciruelas y toda una infinidad de frutos semisilvestres que se trababan en silenciosas batallas por encontrar un lugar para sus raíces en la bendita vega de los alrededores.
Había de todo, pero la planta reina del lugar era el plátano costillón, esa bendición del cielo que cocida en agüita de río con un terroncito de sal sabe a gloria aun estando verde; caso excepcional en su madurez...
_Apurare “Burro Canelo”, ¿No llevas más que ese rodetito? Tu si que eres guevón; dime ¿Que vas a hacer cuando te cases? ¿Como vas a mantener a tu vieja la Yoya? Ya ni chingas...
Acuérdate que aun tenemos que ir a recoger chile piquin con papá y ayudarle a variar el frijol.
¿Porque chillas? Si ni te hecho nada, pareces maricon. Andale apúrate y si nos queda tiempo vamos a nadar al río y a ver si pescamos algo con Hilario, ¿Que me dices? Anda dame préstame tu machete que te le voy a dar una talladita.
_ “Don Juan tenia un tejón chiquito pero panzón” - “Juan quilimaco costillas de burro flaco”. 
_Ya cállate Rufino que le voy a decir a papa pa’ que te faje con el chiquigüite mojao. 
_“Hijo del güizachito quemado” eres joto si le dices. 
_Que te calles o te voy a dar unos trancazos.... mejor ven pa’ ca vamos a calentar unos bocoles porque tengo hambre y papá sabrá Dios donde andará.
Es el tiempo del chile piquin; pareciera que una mano cuidadosa lo hubiese plantado con esmero topográfico.
Dios en su sabia bondad siempre brinda ese extra a los pobres de entre los pobres a esos sus hijos que se desviven en rosarios ante la “Morenita del Tepeyac”.
Hijos vestidos con mantas quejumbrosas y malolientes; deterioradas hasta el cansancio por tantas lavadas sobre las piedras del río, hijos cubiertos de parches en forma de soles multicolores decorando la parte posterior de los codos, las piernas y las rodillas, hijos cuya diversión consiste en un buen trago de aguardiente de caña, un buen cigarrito de hoja y una danza con arpa, violín y chirimía en la fiestecita de San Isidro el labrador.
Pero no solo es el piquin lo que se puede encontrar si se busca con esmero.
En determinada época del año, casi siempre cerca de las milpas aun tiernas; es posible encontrar el tomatillo silvestre también conocido como coyol.
Los hay verdes amarillos y rojos. Estos, bien molidos en el molcajete con un puñito de chile piquin o nicahualero y acompañados con unas tortillas a mano recién hechas hacen las delicias de un buen almuerzo comida o cena.
Y claro que no falta la oportunidad de encontrar un buen matorral de guapillas, o la suerte de poder cazar una chachalaca, un tejón solo o un armadillo que vendrían a complementar el delicioso menú de todo un día.
_Quien será esa vieja fea que papa trajo a la casa? Yo no la quiero y no le voy a decir mamá porque tiene cara de bruja y me mira feo cada vez que agarro una tortilla de la canasta.
No necesitamos otra mamá, papá cocinaba rico, nos cosía los pantalones cada vez que se nos rompían y hasta me enseñó a hacer caballitos pintos con las varas de guasima.
Yo creo que con esa vieja aquí en la casa nada va a ser igual. No me gusta la comida que hace, tiene unas uñotas en los pies que me dan miedo y esta flaca, flaca como la muerte.
_“Hijo del mais”, me duele la panza Juanito y me están dando ganas de basquear... se me antojan unos platanitos pero los de la casa aun no se maduran y menos los de anca don Pablo. El único lugar donde hay ahora es en Tampacoy.
Pregúntale a la señora si va a ir hoy a su otra casa, si te dice que si le dices que me traiga aunque sea unos dos pero bien maduros. _Andale y si me los trae te regalo uno, si no, no te doy nada y hasta me los voy a comer alpacito pa’ saborearte.
_Pero es que me da pena y ¿Que tal si me regaña? Acuérdate que papá dijo que no la molestáramos porque ahora era nuestra madrastra. Yo ni siquiera se lo que eso quiere decir y tu menos porque eres un burrote cabezón que no sabe ni contar hasta diez.
_Ya cállate la trompa de marrano cuino que tienes y dile porque me esta doliendo mas la barriga. Yo creo que es de tantas ganas de plátanos que tengo; de paso me calientas unos tochonsitos en las brazas, y me traes un terroncito de sal porque aguanto l’hambre.
_Bueno, pero si le digo lo de los plátanos me tienes que dar, ¿Si?
_Si pero apúrate que me ya me gruñen las tripas…

La muerte no es más que un fantasma desquiciado que entretiene sus momentos de ocio con el dolor de esta humanidad atestada de milenios.
Uno vive para morir. El tiempo con su rostro carcomido de arrugas es uno más de los perros flacos que atacan con mandíbulas desdentadas pero endiabladamente fuertes y filosas a esta humanidad en el desierto de la inconciencia y del desamparo.
Tan eterno es el tiempo como Dios mismo, que si a alguien en la actualidad se le ocurriese darle un rostro y un poderío místico como el del Cronos Griego, destronaría fácilmente al Jehová de nuestros días. 

Muerte por inconciencia, muerte por venganza, muerte por la búsqueda del poder, muerte por hambre, enfermedad y descuido.
Jinete polifacético sobre caballo verde evocando de la manera más irónica el vestuario de savia, clorofila y trinos de la mancillada naturaleza. Muerte blanca sobre caballo verde.
Blanca como la pureza de la Diosa, blanca como los jazmines primaverales, como las almas en gracia.
Montura verde como el ropaje milenario de los sauces, como la fusión de coposos y camalotes, como los vástagos eternos del Tampaon… Muerte blanca y verde como el interior y el exterior de los plátanos sin madurar.
_ ¡Rufino! ¡Rufino! ¿Pos que es lo que tienes? Rufino, ¿Porque le haces así de feo? No sigas haciéndole que me da miedo. Ya deja de poner esa carota fea.
_Mira te traje tus tochones y ahora te los comes porque me costó bastante trabajo subirlos hasta el tapanco ¿Rufino me escuchas? ¡Rufino yo no juego así! a mi no me gusta jugar. Si no te calmas le voy a decir a papá.
_ ¡Tomas!!! ¡Andale correle y ven a ver que es lo que le pasa a Rufino! Le hace bien feo y no me contesta. Nada mas abre la boca como si quisiera decirme algo pero ni siquiera abre los ojos.
_Tomas ¿Donde andas? ¡Tomaaaasssss, apúrate, me da miedo Rufino!
_Ya voy hombre no seas marica, ¿Pos que te traes? ¿Porque tanto brinco estando el suelo tan parejo?
_A ver déjame ver. Rufino, Rufino ¿Pos que tienes? Contéstame manito ¿Tienes hambre?
_ Apúrate Juan acércale los tochones y el café no te quedes ahí nomás mirando como menso.
_Mira como abre la boca Tomás, le hace bien feo, yo creo que se esta muriendo.
_ ¿Muriendo? Cállate. ¿Tu que sabes? Solo esta cansado y ha de tener hambre, se me hace que se esta haciendo el dormido y lo único que quiere es asustarnos.
_Andale manito, ya despierta pa’ que comas, porque se te ‘stan enfriando las tortillas y el café, si no te despiertas me voy a comer yo todo y te voy a dejar milando como el chinito.
Mira vamos cantarle a Juan “Don Juan tenía un tejón” hasta que chille, _a ver una, dos, tres: “Don Juan tenia un tejón...”.
_Mejor hay que dejarlo dormir Juan, a lo mejor cuando despierte ya llegó papá y entonces le decimos a el como le hacía. A lo mejor llega antes la señora con los plátanos y entonces verás que se levanta porque se levanta, nomás ponle la cobija porque a lo mejor siente fresco _Tócalo, esta todo frió el pobrecito. Vamos a comer, yo caliento los bocoles y tú el café…
Los rituales de velación son variados en su carácter folclórico dependiendo de la zona geográfica de esta tierra cuya deidad es la muerte. La pequeña región acentuada en la vega del Tampaon no era la excepción.
Tres días de acompañamiento al muertito marinados en una buena dotación de aguardiente de caña, rezos a la inmensa letanía del santoral católico y cánticos mortuorios en un falsete que por su agudeza no encaja en ninguna nota musical conocida; son la base de un velorio decente.
El proceso de entierro no tiene la menor pizca de protocolaridad sin embargo, más si una buena dotación de misticismo e hilaridad. Un petate de palma hace las veces de un ataúd y una capa de tierra negra coronada por una cruz de chaca las veces de lapida mortuoria. Eso es todo sin olvidar el obligado novenario que culmina con tamales para todos en el rosario final...
Las lágrimas y la tristeza sin fingir cubren los rostros de la familia doliente por incontables días hasta que el fantasma del olvido proporciona a sus temporales huéspedes una segunda muerte. Esta vez definitiva.
"Mano poderosa madero sagrado, que cargaste el cuerpo de Jesús amado."
El velorio de Rufino fue mucho mas singular aun, solo unas pocas lágrimas fueron derramadas en su momento, Juan fue uno de los pocos que regó la bendita tierra por el hermano que nunca habría de volver, Tomas también lo hizo. Domingo no lo haría en ese momento si no hasta mucho tiempo después y para siempre en cada una de sus borracheras…
Los plátanos se maduraban al tiempo que decenas de moscas se disputaban el manjar por la familia olvidado y las estrofas de "Mano Poderosa" provenientes de una decena de gargantas daban lastima al tratar de reproducir sus ecos en las paredes de otates cubiertos de barro que bloqueaban la brisa nocturna por siempre presente.
Grillos y cigarras daban el pésame muy a su manera mientras un Guaco se reía del espectro de la muerte en lo mas profundo del follaje...
 
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mi primer cuento a los 14 aos

Palabras Clave: cuento

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Creditos: Angel De La Noche

Derechos de Autor: Angel De La Noche


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JUAN CARLOS

Queida Amberian..Para los 14años es un cuento notable; describir cada detalle de lugares,costumbres y personajes,con su particular lenguaje..mezclas las costumbres y las creencias pagano-religiosas... Los rituales y la vida costmbrista de esta gente humilde..Un notable texto..Felicidades mi querida amiga ¡¡¡¡

Cariños...Juan Carlos..
Responder
October 18, 2010
 

Amberian

Grcaias Juan :)
Responder
October 19, 2010

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busy