No quiero llorar, quiero solo escapar,
De esta amargura, de esta tormenta.
Quiero poder decir adiós, sin morir,
sin sentirme culpable, de esta entrega.
 
Quiero poder salir de esta confusión,
que perturba, mi mente y la silencia,
Quiero poder decir que sí y aguantar...
mañana se venga, lo que se venga.
 
Quizá por eso es que la miro.
Quizá por eso es ella sueña.
Tal vez, por eso estamos aquí,
Yo mirándola y esperándome ella.
 
Quizá está de más esto que hago,
personificar esta sutil querella.
Se que la respuesta son mis manos,
Sudorosas, temblorosas, casi ajenas.
 
Y ahí sigue, como un mudo testigo,
Que todo lo vio y todo lo espera.
Te invito amigo a que lo hagas por mí,
que me liberes esta angustia y esta pena.
 
No cuesta mucho para algunos,
Para otros, como yo, todo nos cuesta.
Haz el paso y rompe con el conjuro,
llega hasta el límite y... abre la puerta;
 
Ya que, no están hechas para cerrarse.
No se las inventó, para que retuvieran,
Sino para mostrarnos el nuevo desafío,
una nueva ruta, en fin...la vida nueva.