El Angel (1ª parte)
Publicado en Oct 05, 2010
Era un joven escultor, a quien todos auguraban un futuro promisorio, de holguras y de medallas en mérito a los trabajos que su talento creaba. A su cincel, sometían, piedra y mármol, su dureza y en formas de sorprendente belleza, los convertía. Una tarde, caminaba por la tranquila alameda. Una joven se acercó, pidiéndole una moneda. Escrutó los ojos negros en la carita morena, la gracia de movimientos, de sus jóvenes caderas y el talle fino y cimbreante bajo las raídas prendas. La mirada del artista, trasciende en pos de su meta. Y se la llevó al taller para hacer su obra maestra. Pasó por alto, los gestos que hacía su servidora, al ver a esa pordiosera, tratada como señora. El escultor le ordenó que se encargara de asearla, ofrecerle algún vestido, lo que fuera, alimentarla y buscarle un tibio lecho para que allí se quedara. A su obra, al día siguiente, los últimos toques daba, un suspiro, lo distrajo, bajo ropas muy holgadas la vió encogida y absorta, observándolo, admirada. La tez no era tan oscura como antes le pareció, Los ojos y el pelo, negros, negros igual al carbón. Dejó lo que estaba haciendo, le pidió que caminara, Y mientras ella lo hacía, él atento, dibujaba. Hizo cincuenta bosquejos, ninguno lo conformaba Otro ángulo, otra luz…. No, no era lo que buscaba. Cansada, triste y y vencida, creyéndose rechazada, cayó al suelo de rodillas con las manos apretadas. El artista dijo:- ¡Eso es! y comenzó a bosquejarla. Momento de inspiración, como aquél, no le sobraba Salió en busca de la piedra, esa materia primaria, áspera, sobria, sin vida. Sería él quien la animara. Al influjo de su mente, un cincel, sus manos sabias, voluntad, perseverancia y una objetiva mirada, lograría, de esa piedra, la escultura que soñaba.
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