Discriminación Nacional...
Publicado en Oct 04, 2010
Durante el día, ¨las muñequitas barbies¨ dan al ojo del espectador un agradable espectáculo, mostrando sus cuerpos extremadamente esculturales con sus dotes redondos y curva-líneas de todos tamaños. Las noches son también aprovechadas por ellas, mejor dicho, por ellos, en orgias que aprovechan el estado etílico en que se encuentran para dejarles sus orgasmos de felicidad. Al otro día, siguen la parranda con poca ropa, echadas como iguanas con el fin de tostar su piel que está expuesta a las radiaciones del sol, que acaricia esos maravillosos cuerpos desnudos, ya que como vinieron al mundo exponen sus senos que rebotan de arriba hacia abajo al ritmo de una música ruidosa. Además, las que no se animan a mostrarse en plenitud, participan en un juego de puro erotismo con sus pezones bien paraditos en la competencia de playeras mojadas. Mientras, otro grupo de jóvenes se divierten jugando juegos de playa, como voleibol, surf y motos acuáticas.
Finalmente, luego que aparece en el firmamento azul un círculo rojo despidiéndose del día, ¨los vacacionistas internacionales¨, bien rojitos como camarones hervidos, van a sus cuartos a cambiarse para asistir a las discotecas abarrotados por ellos y ¨lugareños exclusivos¨ del lugar. Pero, antes de salir de su cuarto, algunos se se entonan con ¨un carrufo¨ de marihuana. ¨La pura diversión¨ en la playa, dura dos semanas, secundado por el Municipio y la policía que se hace de ¨la vista gorda¨ para no molestar a los turistas, pese a que esta clase de comportamiento está prohibida en lugares públicos. Ahora, la televisión trasmite esta clase de eventos que se generan sin ningún salario a los protagonistas, por lo que el lema de de ¨los Spring Break¨ ya no es: ¨de lo que pasa en el puerto, se queda en el puerto¨ pues las imágenes ya recorren el mundo, las cuales tienen un buen ¨ráting¨ entre el público nacional que sueña con ir a algunos de estos centros turísticos para presenciar personalmente esta alucinación que para muchos oriundos del país se convierte en una opresión de disgusto, porque ahora a la discriminación se le denomina: exclusividad o selección de personas en la medida que los controladores del acceso distinguen trivialmente a los clientes que pueden entrar a estos centros nocturnos por la forma de vestir, color de piel, forma de hablar o del auto que manejan. Asimismo ¨los gringuitos¨ tienen más posibilidades de entrar a estos eventos, aunque ¨el mexicanito¨ ya haya hecho cola durante un par de horas, esperando su turno para entrar al local. -Oye camarada, ya tenemos esperando aquí dos horas. -Maestro, tú vienes acompañado sólo por hombres y la verdad queremos más niñas que ¨talegones¨ en nuestro local. -Pero el que acaba de entrar fue un hombre que venía sin compañía. -Sí, pero él ya es un cliente VP. Él nos visita desde hace tres años en esta temporada. -Pero no parecía mexicano, más bien era un norteamericano. -Precisamente, por eso, él es un cliente VP. -Me estás diciendo que por ser güerito, lo dejaste pasar. -Sabes qué... yo no tengo que darte explicaciones y no me vengas con el cuento que te estoy discriminando, ya que estoy en mi derecho de dejar pasar al que me de la gana. Así trabaja la libre empresa. Además, yo puedo decidir el orden de cómo van a acceder a mi local. Y si no te parece, ve a otra discoteca, porque aquí, desgraciadamente, tenemos ¨exclusividad de clientes¨, por lo tanto, no te aseguro que puedan pasar. -Pues vamos a reportarlos con la autoridad. -Hagan lo que quieran, pero de esta línea no pasan, porque nos reservamos ¨el derecho de admisión¨... No sólo ese grupo que estuvo esperando ese par de horas para entrar a ese establecimiento se retiró del lugar. Después de haber escuchado esa discusión, varias personas que no tenían ojos azules o verdes, cuerpos bronceados, sino una piel ceniza traída desde el aire contaminado de la capital. También, sus ojos y pelo negro, marcaban sin lugar a dudas el origen de sus antepasados: Los aztecas. En lo único, que no se parecían a esos guerreros salvajes, era que a la mayoría ya se le asomaba una montaña en sus abdómenes por beber litros de cervezas y comer kilos de tacos. Esa era ¨la marca nacional de discriminación¨ en su propio país por parte de una persona que tenía el poder de decidir la entrada de personas a un lugar público. Pero, lo más curioso, es que él tenía la misma apariencia de los mismos individuos que no había dejado entrar...
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raymundo
MAVAL
Divertirse ¿un privilegio de pocos?....
Lo peor es que la descriminación venga de los de tu misma talla ...una verguenza que se instaló hace rato por el país de las sinrazon...y es presencia en todo este continente.
saludos amigo!