La nena parte i
Publicado en Oct 03, 2010
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 Me llaman fierro, metal, nena y que se yo cuantos nombres me han imaginado ya. El individuo que me tiene ahora me quiere más que a su familia. Me brilla, me aceita, me cuida y me prodiga tanto cariño, más que a su propia esposa. 

Ese apego que a seres vivos de carne y hueso no le sabe dar.

Me canta, estos versos monótonos que compuso aquel rapero que ahora es ministro o pastor evangélico:

“…déjalos tiesos, que salga ileso como mi Ak, yo lo meso.”

Cuando sale a la calle conmigo, él se cree que se le  ha agrandado la virilidad. Piensa que es prepotente e invencible.

Hace unas pocas semanas, un amigo de él, que tenía una igual que yo, sin encomendarse a  nadie, la desenfundó tranquilamente y le metió un tiro en la cabeza a un chamaco delante de más de 100 personas.

Yo pienso que han cambiado mucho los tiempos. Antes la gente era guapa como hoy, pero cuando se encolerizaban, sólo se atrevían a mencionarle la madre a alguien, o daban una buena bofetada, con un fuerte tubo, un sillazo o hasta una cuchillada, pero ahora, madre de Dios, cualquiera saca una pistola.

En la época actual y en pleno 2010 parece que nosotras crecemos en la rama de los árboles o que nos venden en las farmacia. Mucha gente anda blindada por la calle y en cualquier desentendido por mínimo o trivial que sea termina transándose con derramamiento de pólvora, sangre y lágrimas.

La policía sabe exactamente de donde vinimos. Después que terminamos en manos de sicarios del bajo mundo, de guapetones de esquina y de agresores de mujeres, caemos  a la isla.

Hay una abundancia de nosotras en la calle y  yo siento pavor, que en una sociedad tan volátil, violenta, materialista y desigual como ésta, el tenerme en esta casa pueda ser una receta letal.

Este hombre que dice ser mi amigo y me canta tantas cancioncillas ridículas odia su propia vida y la ajena.

En otras palabras, me siento mortificada de hallarme aquí. Temo que en cualquier momento y por el más insignificante desacuerdo le dé un tiro en la cabeza a alguien, en menos de lo que dura un suspiro.

¡Una rayita más en la interminable lista de asesinados!
 

Soy una AK_47 y me sospecho que este desquiciado, que me compró a un sicario, aunque parezca cariñoso conmigo, me va a usar esta noche.

Si decide halar mi gatillo con la facilidad que me acaricia, yo, ya estoy haciendo buche…

No me siento protegida aunque estoy hecha de metal.
 
 
 
              
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Foto del autor Jos Luis Marrero
Textos Publicados: 400
Miembro desde: Jul 28, 2010
1 Comentarios 263 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

El uso de armas de fuego es un problema social en nuestra isla..

Palabras Clave: cuento relato crimen armas de fuego

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



Comentarios (1)add comment
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Jos Luis Marrero

Me han pedido que escriba unos textos sobre la violencia y este es el primero de ellos donde el personaje es una pistola quien va narrando ..gracias a todos por leerme y darme el apoyo para hacerlo
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October 03, 2010
 

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busy