La noche sombría me trae su recuerdo,
Y lento transito fantasma y recuerdo:
De cómo perdí mi alma encandilada,
De cómo pagué, de caro tus besos.
Viajo por el tiempo, llego al pasado,
Todo me es igual desde que pasó "eso",
Nada me da paz, ni el sueño en las noches,
Y llego hasta ese instante y lo vivo de nuevo.
"Y él sigue allí, tirado. La lluvia,
Negra, bestial, ahoga sus huesos.
Como sin quererlo, mi alma duda,
Y recrea partículas de ese infierno.
Su voz gutural agonizante,
Sus pupilas perdidas de miedo.
Su lengua, enroscándose en la nada,
Hiriendo a duras penas, el silencio.
Como escapar a este infinito martirio,
Si fui yo quien elegí, libre, el poseerlo.
No hay piedad, para la despiadada noche,
Y se rasga brutal, su manto negro.
Amanece, pero no hay luz en eso,
Amanece, pero nada importa eso.
Amanece, y el sigue tirado allí,
Inútil, mártir, despojo viejo.
Nada lo podrá traer de regreso,
La resurrección no es para este muerto.
Ni siquiera la ilusión de un comentario amigo,
Que musite mentiroso...era tan bueno.
El muerto sigue allí. ¿Vos dónde estás?
Tal vez, protegida en tu aposento...
Y yo resignado, me arrodillo y le digo,
Oscuras palabras de odio y resentimiento.
Tú no serás mía, no cabe duda alguna.
Mi amor, es para ti, un juguete viejo.
La lluvia se mezcla, con mis lágrimas negras,
Y el agua, despacio...va llevando el cuerpo.