Bicentenario
 
Dos cientos vuelos de golondrinas,
Con sus alas rotas nos miran a lo lejos,
Plumas cobrizas se destiñen con el hambre,
Pumas silentes, tras barrotes se lamentan,
Sus palabras son el aire en la montaña,
Escuchadas desde lejos, más no silentes,
Con dineros en las manos quieren silenciarlos,
Mas el viento no claudica en su canto.
 
Letras de cobre esculpidas por el sudor,
Árboles tallados con el fuego de poder,
Manos vírgenes blandiendo las espadas,
Mas sus cayos son la tinta del dinero,
De la sangre, de la vida de obreros olvidados
Mas sus cayos son la sangre por otros derramada,
Mas sus cayos son la mierda entre sus pechos
Mas sus venas son la tinta del dinero.
 
Miro mis manos, miro las manos de mi madre,
Veo tierra entre mis uñas, huelo hierba fresca,
Siento en mi vientre un pan adobado con sudor,
Miro las manos de mi madre, hojas secas,
Miro las golondrinas a lo lejos en mis sueños
Tienen alas de cobre, tienen plumas de pan,
Se posan cual paloma en las mediaguas y las besan
Luego vuelan asqueadas limpiando sus alas
 
 
 
 
 
Pd. Si alguien lo lee y no lo entiende, con esos versos intento reflejar
Lo que es el poder, lo que es el dinero, la lucha de mapuche,
La lucha de los pobres, el pan ganado por el sudor, las manos de mi madre,
El paso de los años en el cual los ricos siguen y los pobres siguen pobres.
La delicadeza de las golondrinas y el vaivén de su vuelo son las volteretas
De la clase política que visita mediaguas para luego lavar sus manos por el asco.