¿Te acuerdas?
Muchas veces…
Yo, reclinado
sobre tu barbudo pecho
y nuestros cuerpos reflejados
en aquel opaco espejo.
 
Yo, embelesado,
mirando tus ojos duces y tiernos…
¡Aquellos ojos inmensamente negros!
 
¿Te acuerdas?
Muchas veces…
Tu voz  arrullándome;
y al rato me quedaba dormido
Sintiendo
entre la sombra de mi cuarto
el soplo de tu aliento…
 
Una rara mezcla
de rumor y melodía…
 
 
¡Qué placenteros aquellos días!
 
¡Oh, amor,
cómo ambiciono  regresar
 a tantos buenos momentos!
 
A mis afectos más hondos
que con tu amor renacieron…
 
¿Te recuerdas?
Tantas noches de lunas
mirando al negro cielo
y entre un fulgurar de estrellas
me acariciabas risueño…
Tus grandes ojos negros
confundidos  entre un vasto universo…
 
¡Ay, cómo quisiera rescatar tantos sueños!
 
¿Te recuerdas?
Muchas veces…
Tú querías dulcificar todos mis lamentos
y escuchaba de tus labios
las palabras “te quiero”.
 
 
Y yo, te decía,
que  eras tú, mi sangre y mis huesos…
Porque yo te llevo muy adentro…
 
¡Ay amor, que secretos días aquellos!
¿Te recuerdas?
Porque el tiempo
no ha podido borrar
esos bellos recuerdos...