Deja tu lástima para tu hijo...
Publicado en Aug 28, 2010
No me mires así, no con ternura, no arrulles mi sueño,
Déjame que al menos, que el cielo de mi cielo sea mío. Yo vengo de un día agitado, ahí afuera rugen huracanes, Rugen masas sedientas de mi sangre y de mi alma, Siempre confundiéndose con amigos, vecinos y parientes. No me mires así, no de ese modo, no con tus ojos inquisidores, No con esas preguntas, que sabés que no hay respuestas. Porque las respuestas, esas mentiras, se fueron acabando. Si estoy aquí es porque los otros, duermen el sueño eterno, Los que estaban en medio de mi necesidad de pan y yo. No me mires así, con esa mirada acusadora, aguzando el ceño, (Tratando de ver algo que existía pero que ya no es más) Esperando ver, en mi frente sudorosa, la verdad en mi pesadilla. No lograras ver nada, tan solo oscuridad la que emana incesante De mi corazón negro. De mi corazón ausente y tan, tan vacío. No me mires así, como si tu mirada se hubiese extraviado en la tv, (En el noticiero de las veinte, donde pasan las muertes de a diario) En esa bestia mentirosa, asquerosa, vomitiva y abominable. Ya sabés que mi suerte estaba escrita, que mi vida fue condenada, Que mis vestidos (¡oh, harapos!) se los echaron a suertes... No me mires así: sin ojos, con pena, con perdón, con lástima. (No me mires con esos ojos gastados de tanto dolor y llanto) Deja la lástima, para el niño que yace casi muerto al lado del contenedor, Deja la compasión para el hombre que un día fue un niño moribundo, Deja tu lástima para tu hijo, que duerme madre mía, a tu lado, armado.
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