A los que me han leído:
 
Muchos amigos con los que he hablado últimamente, me han criticado la posición frente a los últimos acontecimientos que se han dado en la frontera, exactamente con ese rifirrafe de declaraciones y condenas conjuntas que se han hecho el Palacio de Miraflores y la Casa de Nariño, por eso antes de escribir estas líneas busqué en mi biblioteca personal un pequeño libro editado en los años sesenta que desvelaba las relaciones internacionales de Colombia, solo para tener una referencia que me pudiera esta vez con argumentos serios y además históricos debatir a mis amigos la realidad de la política exterior colombiana; señores, perdí la batalla de la memoria, no recuerdo donde esta el dichoso libro, no recuerdo exactamente quien lo escribió, y realmente seria un verdadero adefesio presentarme ante ellos con los argumentos clásicos del que "yo creo" "yo supongo" "y yo sé" para terminar en el básico y letal yo sé que nada sé. Por eso y por respeto a mis camaradas de tinto, prefiero seguir en mi discurso que antes que nada es ético y que no tiene referente alguno entre el universo académico colombiano, quien sabe, después encontraré el libro y de pronto tendré la oportunidad de traerlo como el manual que ha determinado nuestras relaciones internacionales en la historia de esta América del Sur.
 
Quienes han dedicado minutos a leer mis apreciaciones en esta página, o quienes por azahar han visitado mis blogs sobre mi vida según sofía valeria y nocturnos y otras carajadas, por favor humildemente solicito que me  disculpen pues no voy a acusar de literatura o poesía tampoco de temas jurídicos sino que voy a señalar la distancia que hay entre este humilde pero sincero colombiano y el estado actual de la política exterior colombiana. Ahora si, mis amigos no coinciden conmigo en reconocer que en la actitud del Gobierno saliente, valga decir del doctor URIBE es un fiasco en el contexto internacional, para los intereses de Colombia, fiasco es, porque su salida representó ahora el rompimiento de las relaciones entre los dos países por segunda vez (a pesar de las consecuencias obtenidas del primer rompimiento), fiasco porque deja al gobierno entrante en la penosa situación de recomponer una maltrecha relación binacional partiendo de la desconfianza generada por ese "silencio prudente" que se ha visto del gobierno que próximamente se va a posesionar, fiasco porque al fin de cuentas a partir del próximo 7 de agosto el señor de Nariño va a descanzar y deja la papa caliente a un gobierno que lleva sobre los hombros el compromiso de respetar los ocho años de este "buen gobierno", hacer un gobierno de unidad nacional donde quepan todos los sectores nacionales y convencer a los foráneos y sobretodo a los vecinos de su verdadera independencia del imperio del norte con su presencia en el territorio nacional (bases militares norteamericanas en Colombia).
 
Otro punto que no comparten mis compañeros tiene relación con el hecho de que va a ser muy difícil sino que imposible impedir que el señor de Nariño (entiéndase URIBE) haga temblar cualquier pacto, acuerdo, armisticio, encuentro, mesa de dialogo o como se quiera llamar que el nuevo gobierno celebre con CHAVEZ y su corte, eso porque el señor URIBE ha estado acostumbrado a ordenar nuestro país como domina su finca personal, segundo porque para nadie es un secreto que los votos del nuevo gobierno fueron en realidad endosos, y a largo plazo esa deuda cuesta, tercero porque la misma nación ha hecho de URIBE un referente, así que aunque el nuevo gobierno no quiera cualquier cosa que diga o haga lo va afectar, incluso en un tema sobre el que no tiene nada que ver.
 
Mis amigos siguen sosteniendo que SANTOS tiene todo el poder que el pueblo le dio, ¿usted que piensa?...