AL CENTRO DE LA CIUDAD
Publicado en Jun 02, 2009
AL CENTRO DE LA CIUDAD
Pregunta usted por qué vivo en el centro, por qué tolero tanta mugre y desorden, tanto caos, si existen sitios mejores donde se respira un aire más tranquilo y la inseguridad no es tan rampante. Responderé a su pregunta. Pero antes le diré por qué rechazo la periferia: Es igual o más mugrosa que el centro; además, luce un ambiente pueblerino que deprime y empobrece mi espíritu. Digo esto sin ofender a las personas que con sus poses burguesas muestran unos prejuicios de clase nacidos de su congénita estupidez. Ahora paso a responder su pregunta: El centro es un hervidero de gente donde se juntan el pensador y el poeta, el teatrero, el comerciante y el vago, el reciclador, el gamín y el lustrabotas, la puta, el pintor y el saltimbanqui, el periodista, el mendigo y el ladrón, mezclados con el filósofo y el maestro, el idiota, el bachiller y el jubilado, el policía, el relojero y el taxista, el ejecutivo y el vendedor ambulante, todos en una amalgama que genera la fibra y la sangre de la población. ¿Comprende usted ahora por qué quiero vivir el resto de mi cambiante vida en el sector más duro y controvertido que tienen las distintas capitales de provincias y países del planeta?
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