DESPERTAR.
Publicado en Jun 02, 2010
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En un país diferente  donde la legislación le permite al docente el libre ejercicio de la política de elegir y ser elegido, el radio de acción de dicho ejercicio es sin lugar a dudas, el escenario perfecto para tomar partido en las decisiones más importantes de esa Nación.
 
“El bolillo de amasar ideologías”. Fue la idea que Juan precisó de una lectura que  hacía a uno de los anexos del periódico. Juan era un profesor de tiempo completo, de esos que por mucho que descanse tienen el afán de seguir esculcando, como queriendo encontrar la realidad de las cosas. Tenía veintidós  años de trabajo docente, era un profesor con todas las garantías, tanto que sus alumnos daban muestra de su entereza y el amor al arte, en lo que muchos no creen,  también era amante de vivir bien. Amaba su trabajo y lo respetaba, decía que gracias a él comía, por eso, era un cumplido en todo lo amplio de la expresión.
 
“El bolillo de amasar ideología”,  un principio de represión que el profesor comparó con el gobierno  de su país, era la sorpresa en un pensamiento íntimo que se hacía uno de dos niños, en una tira cómica, cuando vieron a un policía que ceñido a la altura de la cadera llevaba un bolillo, los niños en su raciocinio intrínseco quedaron perplejos observando el bolillo.
 
Era día laboral, el profesor como de costumbre llegó a su colegio, causándole curiosidad una reunión informal que en el momento hacían varios de sus colegas en  los pasillos del plantel. El  educador los sorprende diciéndoles. -¡Ajá! ¿y qué comenta el “condumio”? -Lo que causó risas entre sus compañeros, respondiendo uno de ellos-
 
-No, la vaina es que el Presidente con el “condumio” de sus Ministros se las trae para jodernos y a nosotros lo que nos preocupa es que este es el fin del mundo; como dijo el compañero del sindicato.
 
Esa actitud de preocupación también daba vueltas en la cabeza del profesor Juan. – ¿Pero tú por qué estas preocupado? -pregunta Juan a  su compañero. -No asistes a ninguna de las asambleas convocadas por el sindicato, por eso es que me sorprendes, nos diste a entender que este proceso a  te importa un bledo.
 
-Mierda... Gritaron al unísono los demás profesores al escuchar la crítica que Juan  hace. La actitud del criticado fue de inseguridad reconociendo que Juan tenía razón y argumentando, dijo. –Pero que arreglaríamos nosotros acá en el pueblo si el sindicato estaba a tono con la causa, además, no estoy de acuerdo con estos sindicatos que casi siempre nos cogen de mazo para golpear, mientras que los demás sectores obreros del país no entran en paro,  nosotros solos,  tenemos que enfrentar las causas que también son las de ellos.
 
-Por eso es que estamos jodidos. Exclamó Juan. –Mientras el magisterio no esté unido siempre estaremos en declive, mientras sigamos siendo reaccionarios e independizados para batallar las posiciones sindicalistas y rojos, azules y amarillos para entrar a los procesos políticos tradicionales del país, siempre vamos estar jodidos.
Rinnnng… Rinnnng…
 
Los profesores que conversaban fueron avisados por el timbre de la entrada a sus labores y al despedirse uno de ellos con buen humor manifestó. –Bueno se acabó el “tertuleo”…
 
Terminada la jornada laboral, Juan se encontraba en su casa en horas de la noche,  en su cabeza daba vueltas el diálogo que había leído en la mañana. Así como él se encontraba pensativo, otros compañeros de labor  constantemente discutían la última propuesta del gobierno referente a políticas neoliberales y otros aspectos, aunque algunos profesores tenían en mente a los sindicalistas, diciendo que el sindicato le faltaba beligerancia y un poco más de carácter.
 
Esa  preocupación se hacía cada vez más hostigosa y belicosa. Pero así mismo, había algunos que no les preocupaba tanto los manejos que el gobierno ponía en práctica y se limitaban a estar dispuestos a enfrentar la realidad.
 
Juan y el grupo de sus compañeros  a diario se reunían con el fin de concebir una idea que permitiera jugarle al gobierno, a la clase política del país, con la misma carta.
 
Concentrado un grupo grueso de profesores en una de las acostumbradas reuniones informales del  gremio, Juan proponía.
 
-Bueno… se supone que somos trescientos mil y pico de docentes en todo el país.  Nada más aquí en el municipio somos doscientos cincuenta maestros aproximadamente, por lo visto, nosotros después  que estemos unidos podríamos tener representación en el concejo municipal,  hasta se lograría proponer candidato a la Alcaldía, lógicamente, si estamos unidos.
 
-Claro… Responde uno de los presentes. –Si la experiencia ha demostrado que siempre hemos estado enfrentados a un sistema  a favor de su propio desarrollo, nosotros  no tenemos otra alternativa que además de todo nos convirtamos en un movimiento político que baile al mismo son del sistema para ganar y defender nuestros derechos.
 
-Ajá… Riposta Juan. – El problema es que nosotros los profesores no nos ponemos de a cuerdo ni si nos aprietan las huevas… y ésta es la propuesta que deberíamos plantearle al sindicato departamental para que se siga exponiendo a nivel de todo el país.
 
Pasados los meses y los años, la propuesta fue trazada, iniciándose desde un punto de vista estratégico.  La   mayoría    de  profesores   estaban   conscientes      que   la única  forma de  tener voz y voto en un proceso duro de triunfar, era a través de un fundamento político  disciplinado. Hasta el momento los procesos locales del magisterio tenían la mayoría de concejales y a nivel departamental un significativo número de diputados.
Al parecer la idea iba madurando, por que la próxima propuesta era el congreso de la República. El magisterio Nacional demostraba ser una sola persona con una concepción definida dispuesta a liderar cambios sociales y políticos.
 
De igual manera, se hacía frecuente ver a los aspirantes  a la presidencia de la República concertar con el movimiento magisterial, su influencia era decisiva en los procesos políticos del Estado. Ahora se les tenía respeto a las ideas del magisterio y sus derechos ya no eran vulnerados con facilidad, los proyectos de ley que se proponían en el congreso en contra del magisterio y del pueblo se modificaban  objetivamente a favor, por una abrumadora mayoría.
 
Juan, ya  tenía una hoja de vida bastante significativa en donde se destacaban los cargos ocupados, docente, presidente sindical, concejal municipal, alcalde, gobernador, senador, además de todo Juan se encontraba preparado en lo personal y en lo ético.
 
Al cabo de cinco años, Juan fue postulado por su movimiento como candidato presidencial. El movimiento magisterial lanzó a su candidato, después de consultar las bases y realizar un plan que permitía por primera vez en la historia política del país, la llegada de un movimiento diferente a los partidos tradicionales, a la presidencia de la República.
 
La campaña de Juan empezó de lleno. Cada movimiento, cada postulado y cada observación eran aplaudidos por el país, era algo inimaginable ver tanta gente apoyando las ideas que darían luz sobre una aparente oscuridad.
 
Juan, era aclamado por las clases  populares. En su recorrido había estado en todas las plazas del país,  el gran día a más de ese en el cual alcanzaría la Presidencia de la República, era enfrentarse a las multitudes en la gran plaza de la Capital  de la República. Ese día había llegado. Juan se encontraba vestido de manera informal, el color de la esperanza se vislumbra en sus ojos, el pueblo lanzaba ¡Vivas!, las sonrisas de triunfo se podían ver en maestros, campesinos, empleados, desempleados, ancianos, niños y en algunos de los tradicionalistas.
 
Juan apareció desde lo más alto del improvisado estrado con sus brazos erguidos y su mirada puesta en las multitudes.  Cuando abrió sus labios, visiblemente emocionado, para pronunciar la palabra pueblo… sintió como la vida se le escapaba por la inclemencia del dardo bruto, diez tiros hicieron blanco en su humanidad, la multitud salió despavorida como queriéndose salvar de los que han decidido que el país, es para los de siempre.
 
Copyright ©2008 Luis A. Aguilar P. Todos los derechos reservados.
 
 
 
 
 
 
 
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Descripción

La necesidad de cambio, en una sociedad, manipulada por las incidencias polticas y corruptas de aquellos que se creen los dueos de la palabra y del mundo.

Palabras Clave: Despertar.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Creditos: Luis Alcides Aguilar

Derechos de Autor: Reservados todos los derechos.


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