Suspiró lánguidamente antes de internarse en el enjambre de nebulosas mustias que se perdía más allá de la perogrullada, las últimas horas lo tenían confundido. Deseaba embotarse, perder la conciencia por un instante, que las ideas flotasen hasta disiparse como un suspiro en el infinito. Sin darse cuenta, el letargo de sus pensamientos le condujo a una sección del subsconciente jamás antes explorada. Acostumbrado a la simplicidad de su vida rutinaria, aquel suceso de menoscabo vivido unos días atrás le arrastraba, provocándole una sensación que lejos de entenderla, le causaba tanta incertidumbre que terminó por aturdirle y sin sentido llegó al límite donde lo irreal no deja de ser sólo una opción más. Las aguas de la incertidumbre lo llevaron sin más, al ritmo de la angustia en una fría noche de mayo, por sensaciones nunca antes concebidas. Bajo sus pies sonaban con cansancio las hojas de otoños pasados. Salió de ese estado de letargo y confusión, a fuerza de un resplandor inaguantable que le quemaba la vista. Se cubrió el rostro y volvió a mirar sólo cuando amenguó la intensidad de luz emanada de la figura que se hallaba frente a él.
¿Quién diablos eres? - preguntó asombrado.
¿Perdón? - ¿Cómo osas hacerme esa pregunta?
¿Por qué?
Pues, porque tú sin mi no eres nada...soy yo quien te levanta, te da fuerza, sin mi eres incapaz de auto valerte...
¿Qué dices? He vivido todos estos años, claramente sin ti, ¿a que te refieres con que dependo de ti? Es primera vez que te veo... ¿de donde apareciste?
Siempre he estado presente, sólo que tu amo, es un ser inferior que no ha permitido mi intervención, hasta hoy, cuando ya no soporté más su mediocridad. Es lamentable que se me haya asignado un cuerpo tan miserable... en fin, creo que si me hubiesen asignado a un perro, hubiera tenido más participación al menos...en cambio, vine a caer en el cerebro de éste bruto,  un ser tan simple como una hoja, ¡a todas luces un castigo!...es por eso que estoy oculto en esta zona oscura del subconsciente.
¿Quién eres?
Ah! Eres tan insignificante como él, para entender nada... ¡soy  el magnánimo Súper Ego!
¿Súper qué?
¡Súper Ego!, bueno que más puedo pedirte si tú eres un simple Yo, un básico y mediocre ego...que le ha permitido ha este bruto mantenerse vivo, ¡claro está, en su miserable mediocridad! porque el pobre no puede aspirar a más...y me ha tenido preso en su mente, no pudiendo desarrollar mi potencial, como lo hice en vidas pasadas, cuando alojé en la mente de un destacado médico o de un gran emperador romano, pero ¿Qué estoy haciendo? tratando de explicarte esto a ti, que apenas puedes distinguir lo negro del blanco...Dicho esto, se dio media vuelta con un gesto de menosprecio que sonó como un látigo blandido en el elipsis, al tiempo que se adentraba en el laberinto de lóbregas cavernas del pensamiento. El pobre Yo, salió tras suyo, pues quería saber más de él.
Espera Súper Ego, ¿puedes ayudar a mi amo? Él está confundido, abrumado. La forma simplona en que ha sido tratado todos estos años, creo que le ha pasado la cuenta.
¿Y tú pretendes que yo le ayude? No te das cuenta que ni tú ni él me conocen. No saben como hablarme, no tienen capacidad suficiente para llegar a mi nivel.
- Pero enséñame, soy bueno para aprender.
Jah!, deberías nacer mil veces más para siquiera rozar mis pies, entiende eres muy elemental, muy pequeña cosa...ni siquiera debiera gastar mi tiempo en tratar de explicarte nada...
Creo, que ahora entiendo porque mi amo, nunca ha necesitado de ti. Te pareces a los otros Yo que maltratan a mi amo.
Si claro, así dicen todos ustedes mediocres, tratan de justificar su incompetencia, descalificando a todos aquellos donde un Súper Ego ha podido desarrollarse.
Prefiero ser un mediocre como te refieres a nosotros los básicos, que ser un pedante Súper Ego, ¿Súper? ¿Quien te ha dado esa calificación, que te hace superior a mí, si estás oculto en la zona más escondida del cerebelo? Una zona repugnante para nosotros los básicos, que apenas ponemos un pié en ella, nos hace perder lo más preciado que tenemos.
Y ¿Qué tienen ustedes de valor? me puedes decir...
Algo que ni siquiera sabes que existe, se llama "humildad". Esta vez, el Yo dio la vuelta y se alejó del Súper Ego que luchaba por salir de la zona pantanosa donde se encontraba, mientras maldecía e insultaba al Yo, por su insolencia pero más se enardecía, más quedaba atrapado, provocando que su ira fuera en crecendo más y más...
Horas más tarde, el médico de turno prescribía como la causa del deceso del paciente, fue un  "derrame cerebral"
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