RINCONES DEL ALMA

Hay aguas que se han secado
en un desierto imaginario
y una bruma estancada
en la indecisión de una estampida.

Hay silencio oculto
en discusión acalorada
y una espera estéril
en la escandalosa arrogancia
de un capricho fugitivo.  

Hay sabiduría en la pregunta de un niño
y pasión en la rectitud de un árbol
mientras siente el hacha que le hiere.

Hay milagro y sanación
en la mano de un niño cuando acaricia
y promesa de jardín
en una lágrima de amor.

Hay bondad infinita en el canto del zorzal
y un no se qué de nostalgia
en un recuerdo espontáneo.

Esto es así, porque el alma registra
y también recrea sus íntimas vivencias.