La sed del planeta
Publicado en Apr 03, 2010
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"¿Y a donde tengo q ir?" preguntó Fabián al escuchar la extraña petición de su cómplice de trabajo en la madrugada.
No asimilaba la idea de su compañero, pero tan interesante e importante era, que Rodrigo se lo repitió con más firmeza y seguridad: "¡¡A Brasil!!" le dijo, "¿Acaso no me has entendido lo q tienes que hacer?".
"¡No!" respondió Fabián con cada vez más preguntas en su mente.
Pero antes de poder hacer la primera, Rodrigo se adelantó repitiendo las instrucciones por séptima vez.
"¿Entendido?"
"Si… claro" respondió Fabián, ahora con más dudas en su interior.
Se levantó de su puesto, salió de la bodega que años atrás había sido cómplice de secuestros, torturas y violaciones a personas que no compartían los ideales del grupo de rebelión Dinastía. Pensativo tomó un taxi urbano impulsado por un aditamento químico sin el más mínimo rastro de agua, elemento q realmente era la razón de su misión. De regreso a su casa empacó ropa para tres días de viaje.
En su trámite llega su hijo Luis Carlos, y con su inocencia característica de un niño de nueve años le pregunta: "¿Te vas papá?".
Fabián lo piensa unos segundos y le responde: "Sí hijo. Me voy a Brasil".
"¿Dónde queda Brasil?" pregunta Luís.
Algo atareado le responde: "En América. Al otro lado del mar. ¿Lo recuerdas?"
Luis Carlos colocando una cara de tristeza empieza a recordar las vacaciones de hace cinco años. Recuerda un pedazo de agua, del tamaño de tres piscinas. Sitio donde solo los millonarios y bien beneficiados pagaban por pasar unas cortas vacaciones. Sitio que ya no existe. El pequeño dice: "¿Vas a buscar a mamá?"
Sin poder ocultar su disgusto, Fabián le respondió con un contundente "¡No!".
"¿Y cuando la piensas buscar?" pregunta Luís.
El padre con una incomodidad enorme por dentro le contesta: "Y… ¿Hoy no tienes tareas por hacer?"
A pesar de su inocencia, Luis Carlos entendió que no debía preguntar más, tomó su maleta y se encerró en su cuarto.
"Julia llega en un rato, y se quedará aquí los tres días de mi viaje", dijo Fabián abriendo la puerta del apartamento. No hubo respuesta alguna, por lo tanto salió a coger un taxi más con ruta al aeropuerto. Pensativo todo el camino, se baja del taxi, entra al aeropuerto, revisa su bolsillo donde además de su tiquete de viaje están las instrucciones escritas en un pedazo de ese papel extraño, casi como plástico, que aquél científico loco inventó el día q descubrió como sin árboles podía hacer papel. Después de los trámites tomó su vuelo y durmió, a pesar de esa jaqueca que empezó cuando supo los detalles de su nuevo trabajo.

Al llegar, el sol indicaba que era una mañana calurosa en Sao Paulo. En el salón de bienvenida lo esperaba Rogelio, guía contratado por Rodrigo para la misión. Se subieron a un automóvil antiguo, y emprendieron un viaje cruzando llanuras que muchos años atrás quedaba la selva amazónica. Dos días toma cruzar las llanuras amazónicas, sin un rastro de lo que antes era llamado árbol. Tan solo troncos sin hojas caídos, e inmensas fábricas de madera que continuaban agotando hasta el último recurso. Durmiendo en aldeas apartadas y comiendo elementos sintéticos de la misma forma en la que ahora comemos una fruta, pero con un sabor más agrio al cual ya estaban acostumbrados. Lo único que hizo Fabián fue leer una y otra vez las instrucciones, tratando de encontrar una explicación a la misión. Las dudas que lo incomodaban no tenían que ver con las instrucciones recibidas, sino con el objetivo de la misión, ya que él no podía ver la forma de que su grupo revolucionario ayudara al ser humano con las ideas de Rodrigo. Dinastía nació como un grupo inconforme con las ideas de un gobierno mundial que rige hace quince años, creado a la falta de recursos como el agua y sus derivados. Fabián estuvo con este movimiento desde su creación, y junto con Rodrigo lo sacaron adelante con protestas y ayudas económicas a gente necesitada. Pero de unos años para acá, su compañero comenzó a sentir ambición, y cada vez las ideas revolucionarias eran olvidadas. Sin embargo Fabián aún le tenía voto de confianza y fidelidad.
El destino era una aldea desconocida, con nativos de la región acostumbrados a la comida sintética, y con casas hechas con piedras, que con cualquier movimiento sísmico caerían al suelo. Fabián se bajó del automóvil, y observó la gente de la región, no habiendo muchas personas, y en su mayoría mujeres y niños. Entre ellos un hombre al que según Rogelio, lo creían un enviado del dios del sol.
"¿Qué hizo este hombre para ganarse este crédito?" preguntó Fabián.
Rogelio le explicó: "Trajo la alimentación a esta aldea, ya q estuvo a punto de desaparecer desde que el agua estuvo escasa".
Fabián recordando su misión, y refiriéndose al personaje objetivo, le preguntó a su guía: "¿Es decir que esta persona es Alan Schneider?".
Antes que Rogelio respondiera, se acercó este personaje y dijo: "Sí, soy yo. Alan Schneider a tu servicio".
Alan Schneider, nacido en Alemania un siglo antes, pero aún con la energía de un joven de veinte años saludó a Fabián con un fuerte abrazo. En seguida subieron al automóvil con Rogelio y condujo hacia las profundidades de la llanura amazónica. Llegaron a una construcción metálica, más grande que un estadio de futbol, y mucha, muchísima gente laborando en un proyecto secreto, en su mayoría hombres. El edificio estaba controlado por la mejor tecnología conocida hasta el momento. Al entrar a aquella estructura, Fabián observó asombrado una fuente de agua generada por un artefacto verde, grande y lleno de espinas.
Aún más confundido, Fabián dijo: "Señor Schneider, vengo porque…"
Alan lo interrumpió diciendo: "Antes de hablar de negocios quiero que veas el sistema que tenemos para esta planta".
Acto seguido realizaron un recorrido entre árboles, arbustos y animales nunca antes vistos por Fabián en todos sus veinticinco años de vida, animales tanto voladores como terrestres.
"Este proyecto es experimental, aún no conocemos los efectos concretos en la humanidad" dijo Alan durante el recorrido.
Fabián cada vez más asombrado de ver cientos de personas, casi en su totalidad hombres preguntó "¿Q horarios manejan estas personas para trabajar al día?"
Schneider, algo curioso con la pregunta le responde: "Doce horas al día. El gobierno nunca nos colaboró con este proyecto por ser algo riesgoso, por lo tanto estamos trabajando con solo hombres voluntarios. ¿Porqué me lo preguntas?".
Alan reconociendo el punto de discusión de Fabián le dijo: "En un principio fue un problema muy grande, hacen falta las relaciones interpersonales, y la vida en sociedad, y las jornadas por lo tanto eran más largas, pero tu movimiento nos ha colaborado mucho. ¡Rodrigo es una persona excelente!"
Ya que Fabián desconocía todas estas ayudas, tomó valor y preguntó: "¿Q ayudas?"
Extrañado, Schneider responde: "Nos enviaste comida sintética y mujeres voluntarias para que estos hombres tuvieran buena comida y relaciones… No dejamos de agradecerte a ti y a tu jefe estas ayudas desde hace años"
Fabián no pudo ocultar su mal genio, producido por la falta de confianza de Rodrigo hacia él. Pensaba que siendo la mano derecha en todos los planes y protestas merecía conocer los planes a fondo. De igual forma se calmó y siguieron el recorrido.
Ya llegando la noche se devolvieron a la aldea, a dormir y al día siguiente terminar el plan del movimiento. Siendo media noche, Fabián se despierta y sale a tomar aire fresco, recurso también en extinción debido a la desaparición de las plantas. A lo lejos ve pasar una mujer, y con la curiosidad latente la persigue. Al acercarse más esta mujer entra a una casa y se apagan las luces. Fabián se encontró pálido, sin aire, a punto de desmayarse, sin embargo al escuchar el ruido, Alan había salido de su casa y lo logró reanimar de nuevo.
Fabián con una lágrima en el ojo le preguntó a Schneider: "¿Esa mujer es…?"
"Prostituta, enviada por ti" respondió Alan.
Fabián al escuchar esto se desmayó de nuevo, despertándose de nuevo a la mañana siguiente en la habitación donde se estaba quedando. Desayunó, tomó su maleta y salió. Alan lo esperaba en la puerta y le dijo: "Terminemos esto". Dichas estas palabras se subieron al vehículo con Rogelio con dirección a la construcción de la fuente. Esta vez entraron directamente a una oficina, donde había un computador con todas las fórmulas básicas para mantener este sistema funcionando. Fabián, creyendo que tenía todo lo necesario para cumplir su misión abre su maleta, saca un revolver y grita: "¡¡¡Alan Schneider!!!". Alan voltea, se asusta y antes de poder decir algo recibe un disparo en la cabeza. Fabián saca un computador portátil y comienza a traspasar toda la información necesaria para la generación de fuentes de agua desde el computador del científico, tal como decía el plan creado por Rodrigo. Sale de la oficina como si nada y le dice a Rogelio que lo lleve de vuelta a Sao Paulo.
Todo el viaje, Fabián lloró. No podía aguantar haber visto la figura de su esposa trabajando como prostituta. Todo en su cabeza era confusión, y lo fue durante el viaje terrestre y aéreo. Pensó todas las posibilidades, pero todo le daba un mismo resultado, Rodrigo era el culpable, y abusando de su confianza, secuestró a su esposa y la envió a estas tierras de las que estaba saliendo por pura ambición. La tristeza se transformaba en furia más cada kilómetro de recorrido. Al llegar a su apartamento encontró a Luis Carlos haciendo sus tareas para el día siguiente de colegio. Al ver a su padre, Luis Carlos se levantó de su silla y le dio un abrazo.
"Perdóname por incomodarte con esas preguntas que te hice papá" dijo Luis Carlos.
Fabián con una lágrima más en el ojo le respondió: "Perdóname tú a mí. No debí nunca dudar de ella". Acto seguido dejó su equipaje en la entrada, se sentó en su cama, y comenzó a escribir una carta.
Luis Carlos lo miró y le preguntó: "¿Que haces?"
Fabián sin detenerse en su escritura, y evadiendo la pregunta le dijo: "Necesito que le entregues esta carta a Julia… Te amo mucho bebe"
Dejó a su hijo con las tareas y se fue con su maleta de mano a la bodega de trabajo.
Caminó para poder pensar, hasta llegar. Directamente subió a la oficina de Rodrigo, entró sin avisar.
"¡Rodrigo!, ¿porqué nunca me contaste de la operación secreta en Brasil, y sí me pones a terminarla?" dijo.
Rodrigo sin mirarlo a los ojos le responde: "Entre menos personas supiéramos sobre este negocio mejor. Espero que me hayas traído todo lo que te pedí, ¿verdad?"
"Sí. Toda la información está aquí en mi maleta" le respondió Fabián, temblando de miedo.
Hubo un rato de silencio, hasta que Rodrigo voltea y ve la cara de Fabián. "¿Estás bien?, ¿Qué pasa que no me la entregas?".
En el apartamento, Julia había entrado hacía unos minutos y se encontraba leyendo la carta dejada por Fabián. Se levanta y abre el equipaje dejado, saca el computador portátil, dispuesta a cumplir lo pedido en la carta. Entra Luis Carlos al cuarto y ve a Julia llorando, le da un abrazo, al mismo tiempo que Fabián toma valor, saca el revolver en su maleta y le dispara 5 veces a Rodrigo. Guardias y extraños entran a la oficina y matan a Fabián, pero sus ideas no. Toda la información quedó en el computador portátil en manos de Julia, fue entregado al gobierno, el cual puso planes en marcha para seguir experimentando con estos avances.
Luis Carlos vivió con Julia el resto de su niñez, apoyando los ideales de su padre cuando joven, y muriendo a temprana edad, como todos los de su generación, debido a que este planeta sin agua no tiene ningún futuro, y ninguna fórmula la puede reemplazar.
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Foto del autor Camilo Pedraza
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Descripción

Es una historia futurista, que nos hace reflexionar sobre el uso actual del agua

Palabras Clave: Agua escases futuro

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Fantasa



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