FanFic Crepúsculo, Parte 1
Publicado en Apr 03, 2010
Está lloviendo. No he cogido el paraguas y ahora estoy empapado. voy de camino a coger el autobús que me lleve a Plaza de Armas. Allí veré la peli de Crepúsculo, que nervios, voy a ir con mis amigos, que me esperan allí.
Hago cola en la taquilla y ¿cuál es mi sorpresa? que las entradas están agotadas. ¡Qué decepción! Le pregunto a mis amigos que peli quieren ver, pero cada uno quiere una distinta. Con el cabreo k tenia por lo de la peli, me enfado con ellos y me voy, pero no a la parada, sino que sigo hacia la Encarnación. Allí hay una plaza con arboles muy grandes, que me resguardarían d la lluvia. Pero no estoy solo, pues en el mismo árbol al que me voy se encuentra una chica de piel pálida, pelo corto y castaño, extremadamente bella, y parecía ensimismada... Me quedo junto a ella y la saludo, pero ella no me contesta. ¿Qué le pasará? ¿Será sorda? Le coloco una mano en el hombro y la zarandeo suavemente, y de repente vuelve como en sí y me mira con expresión vacía, como si fuera la primera vez que me viera. -¡Ah, hola!-me saluda alegremente-Soy Alice ¿y tú? -Yo soy Juanma-le ofrezco la mano, pero hace caso omiso y sigue ablando: -Espera, te presentare a mi hermano. ¡Jasper! ¡Ven! De repente, de encima del árbol, cae un chico alto, rubio y musculoso, de piel pálida también, y era muy atractivo. Parecía tenso. -Encantado. Tú eres Juanma, ¿no?-me lanzó una sonrisa forzada. -Eh...si... ¡Anda, ahí viene Gala!-miro hacia el otro lado de la calle.-Debe de haber estado buscándome... Gala llegó a mi lado, y vi como s ele salían los ojos de las orbitas al admirar la belleza de mis acompañantes, por eso le di un suave y disimulado codazo en las costillas, y reaccionó: -¡Uy! Hola, me llamo Gala-dijo sonriéndole a ambos. -¡Hola! Me llamo Alice y este es mi hermano Jasper-le dijo con una voz cantarina. Me fije en como Jasper alzaba una ceja ante la palabra "hermano" -¿Qué hacéis aquí con este tiempo?- preguntó a la chica. -Oh, estamos esperando a nuestra familia. Nada más decir eso, un Volvo plateado y un Mercedes negro pararon junto a nosotros y de ahí salieron cinco personas: el más alto, era moreno; la mujer, mediana y castaña, con una sonrisa en la cara; una chica alta y rubia; un hombre alto y rubio, y por último, un chico de pelo cobrizo y atractivo. Todos de piel pálida y muy, muy, guapos. -Juanma, Gala, ésta es mi familia.-nos anunció Alice y, mientras señalaba a cada uno, decía sus nombres-: Emmet(al chico moreno y alto), Esme, nuestra madre (la mujer de la sonrisa), Rosalie (la chica rubia. No parecía muy contenta), Edward (el de pelo cobrizo), y éste es... -Carlisle-respondimos Gala y yo al unísono. Le conocíamos perfectamente. Era el Dr. Carlisle Cullen. Había sido nuestro pediatra hasta los 13 años. -Así es-respondió Carlisle alegremente-¡Cómo habéis crecido! -Pues usted está exactamente igual. Encantada de conoceros-dijo Gala, y se quedó hipnotizada como yo por las siete personas que estaban delante nuestra, de su belleza, su tez anormalmente pálida, pero sobre todo de sus dorados ojos. -Hace mucho frío, y estáis empapados, ¿os apetece venir a casa?-nos preguntó Esme. -No hace falta, pero gracias de todos modos-dije dedicándole mi mayor sonrisa. -Insisto, podéis quedaros a cenar si queréis. Hace mucho tiempo que no viene nadie a casa. Nos vendría bien un cambio de rutina. -Vale, de acuerdo-le dije. Nos metimos en el volvo junto con Edward, Alice y Jasper. Edward nos condujo hasta el río Guadalquivir, donde detrás había un bosque, donde se encontraba la casa de los Cullen. Junto a Edward se sentaba Gala, y yo estaba sentado entre Jasper y Alice. Gala mantenía una charla animada con Alice, y yo con Jasper. Entonces fue cuando descubrimos que tanto Jasper, como Alice( y Edward, que conducía, pero también participaba en la charla),eran mucho más simpáticos de lo que creíamos y aparentaban. Por fin, llegamos al hogar de los Cullen. Gala y yo nos quedamos asombrados porque a nuestro alrededor, el bosque que habíamos visto siempre tan destartalado y simple parecía ahora mágico, en compañía de aquellas personas. Edward nos condujo por un sendero que nos llevó hasta su casa. Era inmensa, muy moderna, con tres pisos y la fachada este era un ventanal que la ocupaba en su totalidad. Se veía un gran garaje con la puerta abierta, y en su interior había tres coches: un BMW rojo, un Jeep blanco y un Porsche amarillo. Me quedé asombrado. ¡La de dinero que tenían que tener! Con esa casa y esos coches, tendrían que ser millonarios como mínimo. -Venga, pasad al interior-nos invitó Esme. El interior era aún mejor: Era muy luminosa, tenía una acogedora sala de estar con una gran chimenea blanca. Había muchas estanterías repletas de libros; se veía también un lujoso piano. -Subid arriba, está la cocina- dijo Carlisle La sala de arriba tenía varias habitaciones ( eran las de Jasper, Alice y Rosalie, según nos dijeron) y estaba la cocina, muy espaciosa y con encimeras negras. -¿Queréis tomar algo?-nos invitó Carlisle. -No gracias, no hace falta- se disculpó Gala. -Insisto-dijo Carlisle-Esme, prepárales un chocolate caliente, por favor. A los pocos minutos, Esme nos entregó dos tazas humeantes de chocolate caliente. Al coger la taza, Gala rozó un poco la mano de Esme y me sorprendió el respingo que dio a causa de un escalofrío. -¡Uy! Esme, tienes las manos muy frías-dijo Gala -Sí, se me han olvidado los guantes y claro...-le contestó Esme con una sonrisa. De repente en el piso de abajo empezó a escucharse el piano, con una melodía preciosa. -Gracias por el chocolate-dije. -Vamos abajo- nos invitó Carlisle. Bajamos la escalera y nos instalamos todos en la salita, donde estaba encendida la chimenea y Edward tocaba el piano. -Bueno, ¿ y qué tal os van los estudios?-preguntó Carlisle -Oh, muy bien, gracias-dijimos ambos. -Carlisle, estoy muy sorprendida. No han pasado por ti estos últimos siete años, estáis exactamente igual- le dijo Gala a Carlisle y Esme, y de repente el piano se paró y todos nos estaban mirando. -¡Huy, si yo tenía muchas cosas que hacer!- se levantó Esme, tensa. -No, Esme, quédate- le ordenó Carlisle, tranquilo-Os conozco desde que érais pequeños- se dirigió a nosotros-, y sé que cómo sois... ¿Podemos confiar en vosotros?- nos preguntó, preocupado. -Por supuesto-contestamos rápidamente. -Veréis, es un poco difícil para nosotros contaros esto... ¿ no sospecháis nada?- nos preguntó -Creo que sí...-contesté-Sois pálidos, tú no has cambiado nada, sois más atractivos de lo normal, y tenéis la piel fría-lancé una mirada cómplice a Esme- Creo que me hago una idea, aunque no pensaba que fuera verdad... -¿Podrías continuar?- preguntó Rosalie. Parecía enfadada. -Vampiros-dijo Gala Todos los Cullen nos miraron sorprendidos. -¿Cómo lo habéis sabido? Creí que nadie se daría cuenta... aunque debo aclararos algo: nosotros somos distintos, no nos alimentamos de sangre humana, sino de sangre animal-dijo Carlisle -Nos imaginamos algo así, porque si hubiese sido lo contrario, habríamos oído noticias en el barrio de desapariciones o muertes, pero ¿por qué no os afecta la luz del sol?-aclaró Gala -Oh, eso son solo mitos, al igual que lo de dormir en ataúdes...los vampiros no dormimos- dijo Edward desde el piano. -Bueno...es un poco tarde y deberíamos volver a casa...-dije, pues me di cuenta de que el ambiente estaba algo tenso. -¿Queréis que os...?- comenzó Carlisle, pero Edward le interrumpió: -¿Sabéis? Hay algo que me sorprende, no les puedo leer la mente a ninguno de los dos. Nunca me había pasado algo así, es...increíble-Todos se quedaron sorprendidos ante aquellas palabras, incluso yo. -¿Leer la mente? ¿A qué te refieres?-pregunté -Algunos vampiros adoptan dones al transformarse, por ejemplo, Edward puede leer la mente, Alice ve cosas que pasarán en un futuro, y Jasper percibe y controla las emociones de la gente. -¡Guau!- exclamamos Gala y yo al unísono, y agregué- Bueno, llamaré a un taxi... Cinco minutos más tarde, llegó el taxi, nos despedimos de los Cullen y entramos en él. Un rato después, cuando bordeábamos el bosque, el taxi, al tomar una curva, resbala a causa de la lluvia y caemos por un pequeño barranco. El taxista muere al instante. El taxi ha ido rodando sobre sí mismo, haciendo que nos golpeáramos la cabeza múltiples veces, y al final quedamos atrapados, Forcejeando, conseguimos sacar la mitad del cuerpo. Consigo sacar mi móvil y llamo a Carlisle. Contestó a la primera llamada: -¿Juanma?- pregunta -Car...lisle....Gala y yo....- pero pierdo la conciencia. Cuando recupero el conocimiento, veo a los Cullen a través de la destrozada ventana. Entonces Emmet arrancó el techo del coche y Edward la puerta. Jasper me sacó y me colocó en el suelo y a unos metros, Carlisle colocó a Gala. -¡Juanma! Escúchame, estáis perdiendo mucha sangre, si queréis salvaros tendré que morderos...no hay otra posibilidad- dijo Carlisle rápida y atropelladamente mientras me hacía un torniquete en el brazo, pues se me había salido el hueso y perdía mucha sangre. Edward estaba arrancando un trozo de metal que había atravesado la pierna de Gala y Alice le hacía un torniquete. -¡Jasper! Tendrás que morder a Juanma, no puedo soltar el torniquete. ¡Vamos! Sé que puedes hacerlo- añadió al ver la cara descompuesta de Jasper, luchando con las ganas de abalanzarse sobre la sangre- ¡Edward! ¡Haz lo mismo con Gala, vamos!- le gritó. - ¡Vamos Jasper y Edward!- les apremió Alice- Les he visto convertidos, ¡pero debéis actuar rápidos! Esme me estaba limpiando las heridas cuando noté un fuerte dolor en el antebrazo: Jasper me estaba mordiendo, aunque no se notaba la diferencia frente a las muchas heridas que ya tenía del accidente, éste resaltaba de entre todos. También vi a Edward morder a Gala. Emmet me cogió en brazos, y Edward a Gala, de camino a casa de los Cullen. Es lo último que recuerdo antes de abandonarme a la inconsciencia. Cuando recupero de nuevo la conciencia, abro los ojos lentamente y me veo rodeado de aparatos de hospital. Pero no estoy en uno, sino en casa de los Cullen, y Gala se encuentra a mi lado. Parece que ella acaba de despertar también. Al momento, Carlisle, Edward, Jasper y Alice llegan a la habitación. -¿Cómo estáis?- nos preguntó Carlisle. Se le veía calmado. -Pues...bien...pensaba que sería peor-contestó Gala- Por suerte, teníamos la morfina... -¿Morfina? ¿Qué morfina? Si yo no os he suministrado nada...- dijo Carlisle. -No creo... a lo mejor Esme...si lo único que he notado ha sido un fuerte dolor de cabeza y como si me hubiese pasado tomando el sol- dijo Gala asombrada. -Esme no ha podido suministraros nada...decidme la verdad. ¿Es lo único que habéis notado? -Sí, lo único-respondimos. -Es impresionante... ¿Cómo puede ser? La transformación en vampiro es el proceso más doloroso que conozco. Incluso yo lo pasé realmente mal con mi transformación. En ese momento, aparece Emmet algo sorprendido, y le grita a Rosalie, que se encontraba en la sala de estar: -¡Cariño, se suspende la apuesta! -¿Apuesta? ¿Qué apuesta?- le reprochó Carlisle -Ah, solo hicimos una apuesta para ver quién la palmaba antes...- contestó algo avergonzado en nuestra presencia -Pues que sepas, Emm, que apenas han notado la transformación, y he visto que tienen más fuerza que tú y son más rápidos que nosotros- le contestó Alice. Se la veía orgullosa -Bueno, ¿queréis veros?- nos preguntó Esme algo emocionada Me acerqué a un gran espejo de pie que estaba al fondo de la sala. Llevaba la misma ropa del accidente y tenía los ojos rojos, el pelo revuelto y brillante, estaba mucho más delgado y era más esbelto y extremadamente pálido con unas grandes ojeras malvas. Me aparté un poco y Gala se puso ante el espejo. Tenía puesto un vestido corto. Era tan pálida como todos los de la sala, y tenía también los ojos rojos y las ojeras moradas. Se le había afilado el rostro y el pelo, que le llegaba por los hombros, era más brillante y rubio. - ¿Quién me ha puesto el vestido?- preguntó Gala, extrañada -¿Quién va a ser? Pues Alice- contestó Edward -¡Toma!- dijo Alice echándome ropa encima- Ponte esto, estás horrible con esos harapos. -Siento algo extraño en la garganta, como una quemazón- dije algo sorprendido. -Es la sed, ¿no? ¿Esto es lo que se siente?- preguntó Gala -Exacto-dijo Carlisle- Mientras más tiempo llevéis sin beber sangre, más aumentará. Lo extraño es que os controláis perfectamente, actuáis como auténticos veteranos, cuando sois unos neófitos- siguió Carlisle, mientras todos los presentes nos miraban muy impresionados. -Creía que nuestros ojos serían dorados- dije -Ah, tranquilo, eso es al principio, pero más tarde se os volverán marrones y, finalmente, dorados. Eso si no bebéis sangre humana, claro- nos explicó Esme. - Es genial, me siento más ligera y me siento como si no me hiciera falta el aire que estoy inhalando-comentó Gala -Es verdad, además lo veo todo más detallado...Puedo ver hasta las motas de polvo flotar...-comenté-Aunque ahora tendré que acostumbrarme a tener el pelo de este color- decía mientras me tocaba el pelo de color bronce, antes negro. -Bueno, ¿listos para vuestra primera caza?- nos preguntó Jasper Esperaron a que me cambiase y salimos todos. Era increíble la agilidad que teníamos, parecía como si ni siquiera levantásemos los pies. Fuimos por detrás de la casa y a los diez minutos habíamos recorrido varios kilómetros y llegado a un pequeño bosque donde según Emmet había ciervos y algún que otro oso. -Pero ni se os curra tocarlos, los osos son míos- dijo Emm, riéndose estridentemente Paramos en un pequeño claro del bosque, donde nos explicaron las cosas. -Bueno, ante todo siempre habrá alguien con vosotros y en el caso de que captaseis el olor de un humano, os detendremos- dijo Carlisle- ¿Quién les va a acompañar? -Yo acompañaré a Juanma- dijo Jasper avanzando un paso -Y yo a Gala- dijo Edward colocándose al lado de ella -Muy bien, cerrad los ojos, ¿qué oís?- nos preguntó Carlisle
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