Por que yo ya no quiero la vida.
 
 
Desperté mire mi techo, divise la ventana, un día como el ayer o talvez un mañana pero no solo era el hoy, nunca pude creerlo y jamás pensé imaginarlo pero así sucedió, por mi mente cruzó aquel oscuro pensamiento uno el cual nunca olvide –Hoy ya no quiero la vida como la quería ayer – quien podría pensar eso me pregunté yo, seguí mi vida tan rutinaria,  monótona no, quien podría comprenderla si no soy yo, baje a la cocina olía a hot caques pero no cualquier hot caque era un olor hermoso entre miel, avena y un pequeño toque de canela era maravilloso pero había olvidado algo que regreso a mi mente – Hoy ya no quiero la vida – quien podría hacerlo con todo eso me pregunté, termine los hot caques como debía, levanté la mesa, recogí mis platos, tome una libreta y entre letra y letra escribí lo siguiente:
 
Hoy ya no quiero la vida, esa vida
con su  belleza y su tristeza
monótona para nada
aburrida, que se yo
nunca  juzgo solo
vivo pero la diferencia
entre ayer y hoy
ya no la quiero como solía yo
 
La vida es corta eso lose
yo la disfruto ¿cuanto?
Yo no se, como
No lo pregunten
Será por que la vida
Es tan grandiosa
Será por eso que
Ya no la quiero
Como la quería ayer
 
Con este cerré la cuaderneta , no se como de que manera mi largo camino  hacia mi siguiente destino  había conquistado, frente a las puertas del enorme santuario me asía yo varado, ese edificio de sabiduría al que todos odian en cierto momento, mentiría al decir lo contrario, pero del que hoy yo gustaba; ese al que llamamos escuela; entre gustoso de la vida pensando en que bonito día el que yo vivía, arribe a mi casillero, tome las armas para mi guerra y me dirigí a las trincheras, caminando por los pasillos, a mis costados mis compañeros guerreros unos bajos y morenos, otros altos y prietos, y otros medianos y güerejos, muchos en vida jamás habrían apreciado algo como esto, llegué al frente de batalla desenfunde mi arma alargada del 2 y medio, tome al enemigo por la orilla y marcándolo con ella termine mi labor, en vez de esbozar mi sonrisa dije a mí mismo – Hoy ya no quiero la vida – , sonó el tono del mediodía  y proseguí a las laderas, mi lucha fue interminable solo veía alegría  y gozo a donde yo volteaba, – rostros felices, gritos ya oíste –  mi compañero me indicaba mientras a la vez decía – pero di me que pasa por que esa cara – me pregunto y esta fue mi contestación – Hoy ya no quiero la vida, yo ya no la quiero hoy – mi amigo me vio alterado y di lo medio vuelta alejándose de mi lado. Yo ya no quiero la vida pensé que miserable he de ser, todos la quieren excepto yo que me ha pasado, por que yo cambie, que hice mal en erre en que me equivoque, entré a la trinchera  recibí la calificación,  un 10 o que contento me puse, pero recordé que es lo que me pasa que me falta, en eso lo recordé y mi cara cambió aún más que la ves anterior, todo el salón quedó aterrado murmullos escuché mas todos de mi alejaron su vista al atardecer, la salida había llegado caminando a la mazmorra saque la cuaderneta, leí lo escrito con anterioridad di una pequeña sonrisa de esbozo y me dije – Hoy ya no quiero la vida y he aquí la razón – escribí unas cuantas líneas sin importancia y arribe a mi casa cual sería mi sorpresa ahí estaba ella radiante, hermosa, grandiosa, la razón mas importante de la vida hasta el día de hoy, camine asía  ella y la miré, mis ojos se iluminaron camine los segundos pasaron lentos parecían años, años que he vivido para llegar al día de hoy, llegue y me paré frente a ella solo pude hacer algo  le regalé un abrazo y pronuncié lo siguiente – yo ya no quiero la vida… – pronuncie, pero mi frase no se daba por terminada, quisiera no haber menciado lo siguiente pero así fue – Pero hay algo que hoy he dejado de querer algo que quería más que a la vida – la miré el tiempo pareció congelarse durante aquel instante, toda una vida parecía que haber estado ahí parado frente a ella como sucedió no lo sé, solo me miró esbozo un pequeño gesto un abrazo y se retiró, que maravilla aquel momento fue tan glorioso fue algo que no quise que terminará pero termino, proseguí, entré a la casa y regresé a la habitación, todo parecía un retrato nada había cambiado desde el amanecer, me acerque a la cama y me recosté recargué la cabeza, recordé ese momento en la mañana la luz de la ventana miré el techo con sus manchas tan iguales como siempre, y me murmuré – Hoy yo amo la vida y no la quiero tan solo como ayer.