Textale

"epónimo" (el rincón cultural de JACO)

Publicado en Apr 02, 2010

Con frecuencia se cree que epónimo es equivalente a grande, glorioso, notable, conspicuo, célebre, preclaro, egregio, ínclito, ilustre, esclarecido, afamado, por lo que emplean ese adjetivo generalmente asociado al sustantivo héroe epónimo. Pero no todos los héroes son epónimos. Entonces ¿se puede ser epónimo sin ser héroe?

            Epónimo es una apalabra de origen griego que sólo significa "que da su nombre" a algo. En la Atenas clásica, el arconte epónimo era el magistrado que daba su nombre al año correspondiente a su gobierno, en un régimen -el arcontado- en que nueve jefes se turnaban en el ejercicio anual del poder supremo.

            Según el Diccionario de la Real Academia Española, el adjetivo epónimo o epónima se aplica "al héroe o a la persona que da su nombre a un pueblo, a una tribu, a una ciudad o a un período o época".

            En consecuencia, es epónimo Washington, quien dio su nombre (de familia) a la capital de su país, o Sucre, cuyo nombre (igualmente de familia) lleva la capital política de Bolivia. Con modificación del final del nombre son epónimos Américo Vespucci, de donde viene el nombre del continente América, Cristóbal Colón, de donde deriva Colombia y Simón Bolívar, cuyo apellido da origen al nombre de Bolivia. Igualmente, la ciudad egipcia de Alejandría perenniza el nombre de Alejandro Magno.
            Podría extenderse la calificación de epónimo a ciertos nombres de personas que han llegado a hacerse nombres comunes que expresan cualidades características de los personajes, históricos o literarios, que designan. Como ejemplos podemos citar a lazarillo, anfitrión, mentor, mecenas, quijote, tenorio, celestina, pánfilo y otros. En el castellano del Perú, es ejemplo el de barchilón o barchilona, que perenniza el segundo apellido de Pedro Fernando Barchilón(*).
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(*) El habla Culta de Martha Hildebrandt
Cordialmente
JACO

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