LA RESPUESTA
Publicado en Mar 29, 2010
LA RESPUESTA
Todo empezó como un juego en que tus ojos me miraban refulgentes y tus labios, rojos, acesantes, reclamaban vehementes el beso inmarcecible que imprimia, en las suaves corrientes del viento del oeste que te despeinaba. Te advertí que en el juego podías perder la magia de los sueños o el amor, y que podia lacerar tu dulce corazón. Pero el fragor del embelezo acalló mis advertencias y mi miedo de perder tu amor y mis ensueños de conquistar tu misterio. El hado maldito guió mis dedos presurosos e inhábiles, como lo constataste, hacia el error. Y ahora se que decretaste imperdonable, mi torpe uso de las teclas, que advertiste sin lugar a dudas, porque te hundió el puñal que tu misma fabricaste con tu miedo a entregarme tu amor sin restricciones, cuando estuve apunto de romper los diques que retenían, tu entrega y la mía. Y ahora veo cómo es que te alejas de mis manos con ese mohín de enojo que siempre me preocupó. Pero antes de que te pierdas en la hosca lejanía, te pregunto: Como me aseguraste siempre, ¿Me amaste en verdad algúna vez a causa de esos sueños que desgraciadamente se murieron en tu dulce corazón, y que yo perdí por pensar que jugabas con mi loco corazón, mientras me enredaba en la premura y el error? SAN JERÓNIMO LÍDICE, MARZO 28 DE 2010.
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