Ellas duermen la siesta frente al río
mientras sueñan,
es una lastima ya no vendrán los ingleses,
pero por suerte no invadirán cabecitas negras
la paz cansina de las barrancas.
La brisa puede soplar mas fuerte
y los tumultos de indios tambores
serán barridos mas que a mansalva
para eso existe la oligarquía parasitaria.
En este té de amigas viejas,
en este bridge que pronto estalla
porque la masa dura amenaza
y hay que avanzar con mas que agallas.
Ellas golpean con sus alhajas
afrenta al pan que se desmembra
y van cayendo pobres migajas
en la madera que centenaria
acuna angoras que las devoran
y ronrronean sobre las faldas
de esas abuelas cabellos blancos
que suspirando y conspirando
ríen esbeltas mirando al río
mientras aguardan una postal europea.