DISTINTOS PERO IGUALES.
Como soy un afortunado de la globalización, desde hace algunos meses me encuentro  en el Perú, un país muy parecido a México. Hay huelga de doctores, hay huelga de maestros, se bloquean calles a todas horas y se quita así, el derecho al libre tránsito. La gente que se manifiesta lo hace porque no le alcanza el sueldo precario que recibe, mientras que ministros, senadores y presidente, reciben más que sus homólogos de países desarrollados, entre salarios y gastos operativos; además se ofenden cuando las personas que les pagan, o sea los contribuyentes, les piden cuentas de los gastos sobre el dinero que no le pertenece y que deberían administrar como lo harían si estuvieran trabajando en cualquier empresa privada.  La corrupción está a flor de piel, pero se vuelve a votar por partidos y personas que salieron como delincuentes, huyendo por los tejados o escondidos en el baúl de algún automóvil, por la sospecha de tener sumas millonarias en Suiza, Panamá o en algún banco europeo. Dentro de esos grupos políticos, se encuentran personas que se asocian con mafias de narcotráfico, y para colmo, las personas que deben resguardar la seguridad nacional, son cómplices de éstos y otras mafias. Políticos van, políticos vienen, pero ya en ninguno se confía; sólo dejan cansancio y desaliento en la ciudadanía. Los ladrones con corbata, vuelven a salir libres de la cárcel mediante el pago de sanciones que son amortizadas con el mismo dinero conseguido ilícitamente, mientras que los nuevos roedores del queso petrolero, huyen al exterior con la ayuda de sus secuaces, que están al interior de alguna oficina judicial. 
Ante ese rasgo delictivo, la persona común, tiene que defenderse de manera ilegal, es decir, se tiene que pagar extras por cualquier trámite, ya que si no se coimea, un expediente puede pasar largo tiempo congelado en el escritorio del "servidor público", sin resolución ni dictamen, lo que genera una serie de problemas a futuro y muchas veces, de vida o muerte.  
La discriminación no solamente se da en las instituciones gubernamentales. El nativo no sólo tiene escaso acceso a la educación y salud, sino también a espacios públicos, como centros comerciales, clubes y discotecas. Además, hay playas exclusivas en las que solamente son escogidos los bonitos.
Por otro lado, el mexicano y el peruano han olvidado el civismo. No se respeta a nadie  ni a nada y por supuesto, no hay conciencia ecológica; se tira la basura en la calle, en las playas y en los ríos; sus carros van y vienen sin considerar el medio ambiente, soltando por toda la ciudad, ese humo que ayuda a que el universo se caliente más.
Vivimos el presente y no pensamos en el futuro; nos interesan más las telenovelas, porque es lo más cercano al único sueño que tenemos, viendo personajes con condiciones económicas muy superiores a las nuestras y sobre todo, sin trabajar; o tenemos más interés por los chismes sociales de la televisión que por los problemas sociales de la comunidad. Es así que no tomamos en cuenta, cómo la administración pública explota los recursos naturales de nuestras naciones en beneficio de unas cuantas empresas extranjeras, y ellas no los regresan transformados a precios de primer mundo, fuera del alcance de la mayoría de la población. Con esto nos limitan la calidad de nuestras vidas. Es así que encontramos padres de familia perdidos en el alcohol y jóvenes que abandonan sus estudios para ayudar con la economía familiar o simplemente se vuelven delincuentes.
Con respecto al aumento de cifras del desarrollo de nuestros países, pareciera que se copiaran los mismos porcentajes de la reducción de pobreza, disminución del desempleo o el crecimiento económico sostenido. Pero lo cierto, es que siguen creciendo extraordinariamente los porcentajes de criminalidad y de comercio informal, y en el ranking mundial de educación, nos cantamos mal las rancheras, ya que vamos agarraditos de las manos con los peores países de la tierra.
Entre supuestos dichos peruanos, que he leído hasta ahora, puedo citar las siguientes:
•-Los peruanos nunca hacen las cosas bien: son flojos, incumplidos, impuntuales y quedados.
•-Si hay éxito: ¿qué trampa habrá hecho?
•-La historia del cangrejo que no logra escapar del balde porque los envidiosos no lo dejan hacerlo.
•-Lo importante de la política es que es para sacar dinero, no para meterlo.
•-El secreto de esta vida es la honestidad: si logras fingirla ya la hiciste como político.
•-La vergüenza pasa, el provecho se queda en casa.
•-Cada cambio de gabinete produce nuevos millonarios.
•-El secreto de la impunidad en toda la escala delictiva, como siempre, es repartir ganancias.
•-El pueblo siempre se pregunta ¿Trabaja el estado para el beneficio del pueblo o para sus empleados?
Entonces, cuando los peruanos que conozco, me dicen que nos parecemos, les contesto que muchísimo, que hasta en los dichos. Pero también les sugiero que dejemos atrás las telenovelas y chismes sociales, para luchar contra el deterioro del medio ambiente, la discriminación, los políticos corruptos, la pobreza, la falta de educación,  salud y vivienda, para seguir creciendo juntos con intercambio de buenas ideas y para que éstas puedan ser aprovechadas por las próximas generaciones latinoamericanas, pues Latinoamérica es una y el parecido entre nuestros países es simplemente no perder nuestra identidad