La primera vez desconocidos,
La ridiculez nos unió.
La segunda más que amigos,
Ese algo que jamás nos separó.
 
La certeza es la pasión,
Que nuestros ambos cuerpos desean.
El limite es la intención,
En donde la razón y el corazón se debaten;
A fuerza de pulmón,
para que nuestros labios no lleguen a besarse
o para que los demás no lo vean.
 
La verdad está escondida,
En un refugio secreto.
Donde la muerte y la vida,
Se unen en un día perfecto.
 
Las brazas se han encendido,
Quemando todo a su alrededor.
Menos ese corazón herido,
Que no siente mi intenso amor.
 
Miles de batallas hemos perdido,
A causa de esa feroz ansia..
Ninguna tanto ah dolido,
Más que tu ignorancia.
 
Un caballero has sabido parecer,
En medio de la maldita tentación.
Pero no ves que mi alma anhela tu ser,
Tanto como a la más cruel condenación.
 
Mi deseo sigue intacto,
Esperando que algún día lo enciendas.
No hablaré ya, callaré y haré un pacto;
Sabiendo que cuando mueras,
morirá juntamente;
y ni siquiera en ese momento,
me liberarás de esas aborrecidas cadenas.