Entre este valle de sombras y muerte
Invoco sortilegios hacia las lumbres mefistofélicas
Que briosas se lustran en vanarse luminarias
Que altivas se forman insublimemente placidas... vastas e inrelicarias
Te pienso absorbido en  oscurantistas relatos ortodoxos
Arrullando en mí pecho sacrificios constantes en lamentos
Libando menjunjes que me hagan sentir siquiera un halo de tu aroma
Siquiera en sentir digno el último pétalo que de tu sombra decae lucida
Los llanos se ensimisman de vedas que braman cierto dolor
De réquiems que obvian tú esencia... tu calidez áurea
En donde vidalitas fúnebres se encantan lóbregas hacia el éter
Acantilados se forman con zarzas que arden intramundanos
Acentuándose mágicamente encandilados de mas que solo llagas
Exaltándose vehementes  de su reacio ímpetu entre sus llamas negras
Mientras que sus crepitares estremecen mis cordilleras desteñidas
Hiriendo mis oídos... agrietando mis cúspides... retumbando en mi
Agoreros ritualizan mi nombre con sangre de inocentes
Cubriendo mi espalda con sus abrigos más perpetuos
Incineran anises... queman canela... arden acacias negras
Azorando sus fuegos con cuanto brote exista de florestas
Allanándose... sumiéndose... inmersandose en sus estepas noche
En aquellas mismas en donde sus esbeltas praderas se corrugan viles
En donde muchas veces tórridas son sus claros enlodados en mentiras
Entres estas tierras eriales... desdichadas... desvirtuadas e insulsas lisas
Regocijo mi inexistencia abstracta con hechizos de luna que reconozco
Rebuscando entre nigromantes encantamientos por demás olvidados
Meciendo luso mis ansias de ser aplacado entre nihilisticos teoremas
Con algo de tu gracia... con algo de ti... con al menos un suspiro tuyo
Que se ha loado desde los principios más vetustos de estas centurias
Que solo divinades se han consentido con ser arremansados... hostigados
Venerados... abrazados a tal menester que se olvidaron de si entre tu piel
Entre  castillos de espigas negras oro que tu ominosa te velas cálida... hermosa
Que solo beldades se han consentido vanidosas hasta con la casta ínfima
Hasta con helicos buhedos que casi nórdicamente son hienales de tus exhalos