ANDREA DORIA - 1956
Publicado en May 08, 2009
ANDREA DORIA
1956 Como una gran ciudad del hemisferio Norte, envuelto en su capa de neblina, iba el Doria pausado y consentido por una sabia y honda tranquilidad nocturna. Algunos bailaban quedamente mirando los furtivos romances de cubierta. Otros soñaban con puertos imposibles en las doradas costas de algún país inmenso. De pronto, el gran estrépito, seguido de silencio. Después, gritos y voces en busca de socorro. En tanto, el moribundo comenzaba a inclinarse como una danta herida que no quiere seguir, hundiéndose a estribor. Dos lágrimas subieron al borde de unos ojos: El capitán Calamai lloró mientras su lancha dejaba entre la espuma maderos encendidos. Cuando la sombra vino a retomar su imperio, las aguas, ya desnudas, sintieron en su vientre el palpitar de un casco acerado que se hundía.
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