Desastre areo. Final
Publicado en Feb 02, 2010
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Sonó el celular.
Presionándome la trompa con el pañuelo y dando saltos hacia atrás, me alejé de la zona de combate y atendí.
-hola, Seba- era Alejandra.
-Ale, ahora no puedo.- el viejo seguía moviendo los puños en círculos.
-es sólo un segundo, mi amor.- Se puso a llorar.
-¡Usted está peleando, señor! ¡Deje ese teléfono! ¡Irrespetuoso! -gritó el viejo envalentonado.
-¿me deja hablar con mi esposa?- le contesté con voz nasal -Después peleo todo lo que quiera.
-acá nadie va a pelear. -dijo la chica del birrete.
-¿¡con su esposa!? ¡Este tipo es de lo peor! -dijo una de las viejas. -¿no era que aquella pobre chica era su esposa?
-Sebastián. ¿Estás peleando? ¿Cómo que estás peleando?
-¡qué horror! ¿Qué clase de mujer se casa con un canalla como ése? -dijo la otra vieja.
-si, es increíble, Ale. Estoy peleando con un viejo... y parece que me rompió la nariz.
-¡viejos son los trapos! ¡Vamos! ¡En guardia!
Un zurdazo me silbó en la oreja.
-los hombres de antes no eran así. -Dijo la viuda Uno.
-ah, no... Leopoldo sí que era todo un señor.- contestó la viuda Dos.
Conseguí evitar el "uno-dos" que me lanzó mi ridículo y arcaico adversario; con un correteo volví a alejarme de él.
-Ale, llamame en un rato... o te llamo yo.
-no, esperá. Te llamé porque quería pedirte perdón, Seba.
Guardé el pañuelo en un bolsillo del saco.
-Antes eran verdaderos caballeros, eran hombres de palabra.-siguió la vieja Uno
-¿pedirme perdón?... ¿Por qué?
-El casamiento era un compromiso ante Dios por la Eternidad. Y los compromisos se cumplían.- completó la vieja Uno.
-por todo, Seba... por haberte hablado así, hace un rato... por haberte tratado tan mal todo este tiempo... Steffi te quiere mucho, -volvió quebrarse y a romper en llanto- y yo también, mi amor.
-pero vaya usted a hacerle entender eso a los comunistas del Gobierno... si encima son ateos.-cacareó la vieja Dos- ¿Qué compromiso van a asumir esos relajados si ni siquiera creen en Dios Nuestro Señor?
-¿Qué espera? ¡Rómpale el alma, de una vez!- ordenó alguien al anciano.
-ya está, Ale... está bien... vos también perdoname. -dije sin el asombro que merecían las palabras de Alejandra ya que no podía dejar de mirar al enfurecido matusalén, quien no dejaba de mover los hombros y los puños.
La señorita del birrete, que no me permitía salir a buscar o al menos averiguar qué había pasado con Valentina, trataba inútilmente de calmar al anciano.
-y perdoname por haberle comprado el celular a Steffi.- agregó Alejandra entre sollozos.
Pero el energúmeno se lanzó en una nueva embestida. Un puñetazo que no produjo más que una cosquilla me impactó a la altura del hígado.
-no, Ale, no importa... mejor: así Steffi está comunicada.
El abuelo inclinó la cabeza y me disparó, ferviente, una metralla de golpes al abdomen.
-y... perdoname Seba... por favor perdoname...
-por eso hay tantos homosexuales; por no querer asumir los compromisos, ¿no le parece? -cacareó la primer vieja.
El viejo retrocedió, quizás para estudiar algún punto débil mientras tomaba envión y aire.
-seguro, esto es un "viva la pepa"... ya da asco todo eso.- acotó la segunda.
 -Perdoname, Seba, por favor -el veterano inició un nuevo ataque-... soy una estúpida... es que estaba desesperada...   y me sentía tan sola, Seba... -Alejandra berreaba, sonaba realmente desconsolada- ...que me acosté con Javier.
El cachetazo golpeó el costado izquierdo del rostro ajado, terminando con aquel absurdo duelo. El viejo, con gracia mineral y pareciendo una marioneta que se desarmaba o una armadura sin nadie dentro, caminó cayéndose, de a poco y de cabeza, contra el detector de metales de los equipajes.
Me quedé parado con el celular en la mano sin entender siquiera el porqué de mi reacción. Se produjo un silencio que, sólo un instante después, se desvaneció con el estruendo que llegó desde la pista, ese que hizo temblar Aeroparque e hizo, también, gritar y correr a todos los que querían ver qué diablos había pasado (incluyendo seguramente a Paula y al calvo y petiso guardia que había detenido a Valentina), convirtió aquella pesadilla en algo colectivo.
Sólo nos quedamos ahí, mirando el cadáver enjuto y de ojos abiertos del viejo, los cuatro. Las dos señoras, al fin, hicieron silencio; una se tapaba la boca abierta, la otra, también boquiabierta, se apretaba la peluca contra el cráneo. La morocha del birrete estudiaba el asunto con cierta frialdad, como deseando que el viejo todavía estuviera vivo y, al mismo tiempo, como si quisiera darle cortitos puntapiés para que el anciano reaccionara. Y ahí también estaba yo, todavía incrédulo, que sólo atiné a cortar la comunicación con Alejandra.
Pronto se llenó el ambiente de humo, clamores, muerte, desesperación; de llantos, de sirenas y periodistas.   
  
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Descripción

Palabras Clave: final

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


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inocencio rex

no, robert.. el avión que se pega en el capitulo uno es el mismo que se cae acá..
tampoco es una de las primeras cosas que escribí.. sí es el primer escrito en que experimento con el diálogo y con el que quedé satisfecho.. "desastre aereo" y "pulpita" (publicada en textale) están escritas en la misma época que empecé a escribir "feromonas" (que no tuvo intención de ser novela, sino mera catarsis), luego de un bache de tres años en los que no escribí mas que un par de letras para canciones..
tu teoria es atendible y, como casi todo, puede llegar a ser rebatida.. pero no por mí.. jajaja
personalmente, experimento con la palabra y cuando se me ocurre algo, lo escribo.. no como los monstruos que enumerás, yo soy mal poeta, cuentista, ensayista, novelista, turista, ciclista, etc
gran abrazo y gracias por leer este desastre aereo

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February 04, 2010
 

Roberto Langella de Reyes Pea

Paradojas de la vida, a eso que llamás "catarsis", yo lo encuentro lo más elaborado que te he leído. También es por momentos sanguíneo, es verdad, pero vos no sos un escritor catártico (después en privado te doy ejemplos de lo que para mí es "catártico", no sea que se enteren en las grandes editoriales, je).
Más luego iré por Pulpita.
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February 04, 2010

Roberto Langella de Reyes Pea

Ay, guacho, cómo pasé de largo con mi comentario en el capítulo 1; yo pensé que iba a ser una de despanzurrados entre hierros retorcidos. Bueno, al menos un muerto hubo al final.
Me sonó a "Boeing, Boeing", aquella comedia con Tony Curtis y Jerry Lewis, como si la hubiera hecho Tim Burton, más o menos.
Todo el relato es muy teatral, la acción apenas ocurre en un par de espacios, que serían muy fácil de representar sobre un escenario. Creo que debe ser una de las primeras cosas que escribiste, ¿no?, por lo menos, Genoma me parece mucho más elaborado, y no porque aquello se trate de una novela, y esto de un cuento largo. Tampoco éste es un escrito tan pretencioso como Genoma, me parece (pretencioso en el buen sentido, desde ya).
Yo tengo una teoría, que como tal puede llegar a ser rebatida en cualquier momento. Yo creo que hay buenos cuentistas y buenos novelistas, pero dificilmente nadie sea bueno en las dos cosas a la vez. A mí me gusta más Cortázar en cuento que en novela; Borges jamás escribió novelas, y, que yo sepa, Melville nunca escribió cuentos; por dar solo unos ejemplos. Personalmente, me llevo mejor escribiendo novelas que cuentos. De hecho, casi no tengo cuentos, y de los que tengo, no me da muchas ganas de mostrarlos, incluso, no sé si no los perdí; tendría que buscarlos.
Con todo, tu cuento es divertido. Un abrazo.
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February 04, 2010
 

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