Tu nombre resuena en mi pecho,
tintinea, no se queda quieto,
quisiera que supieras como el fervor se derrama
sobre tus ojos cuando miras y amas,
¿Será eso posible corazón de hielo?
ni yo misma estoy segura de tus sentimientos,
aunque, aun así, tu sonrisa es conservada
placentera, apacible, delicada;
cada parte de mi ser te siente cerca,
y el sentido me dice que te alejas,
tus ojos derriten mi horizonte
y cada fragmento del vidrio roto de mi corazón
anhelan tu llamado oscuro
para que me tomes, degustes y devuelvas,
para que en ti sea y solo sea...


Eres la víbora insaciable,
de mi feliz corazón vulnerado,
quisiera darte muerte,
arrojarte a la hoguera
y bailar sobre tu dolor de tormento.
Qusiera verte partir,
y que no fueras tú de nuevo,
sino otro distinto
con otro cuerpo y otro sello,
vete de tu sombre y tu luz,
deja de confundir con tus hermosos siseos
Maligno! me llevarás al manicomnio,
tú eres el loco, loco de remate estás,
tú y tus ideas de grandeza
y tu fragancia de otras épocas
llenas de pájaros mi cabeza.

Quiero morir pronto,
quiero morir en aquellos brazos,
aquellos que me abandonaron,
eso que tomaron a otras,
a otras de otros tiempos,
a otras que te mataron
y que tú por venganza
mataste en mí.
Yo no soy, ni fui para ti,
aunque asi lo creí,
tu dulzura fresca
alzaba mi espíritu,
pero ahora te digo adios,
voy a matarte en este momento,
final abupto, eso quiero, verte arder
y que el humo me devuelva la silueta,
la del amigo, del compañero,
la de la sonrisa apacible,
esa que así; tanto quiero.
                 By: Ahilyn Hopkins