El libro sin final...
En Argentina había comprado un libro titulado "de Amor y Sombras". Recuerdo que lo empecé a leer después de comer para que me sirviera como anestesia y poder echarme la siesta del fin de semana después de unos días de mucho trabajo. La historia me fue cautivando lentamente que olvide el descanso de mi cansancio, pero en lo más interesante  por un error de impresión las páginas perdieron el orden de sus números, es decir, el texto empezó de nuevo,  y yo , casi llorando, me perdí el final, quedándome con las ganas de saber el destino de los dos amantes en plenitud, los cuales habían descubierto una mina repleta de restos humanos:  campesinos  mandados a asesinar por la mano dura del General Chileno, y a causa de esto empezaron a ser perseguidos por los secuaces del dictador, unos de ellos (ella) casi muere alcanzada por una ráfaga de metralleta. Logrando salvar su vida, empiezan sus amigos a planear su huída, posiblemente, fuera de ese país porque hasta aquí supe la historia y al otro día el libro se quedó olvidado en el armario.
 Tiempo después lo busqué con devoción sin encontrarlo, quizás se perdió en una de nuestras mudanzas, pero en esos días se comentaba en los periódicos  sobre  un  "zorro militar" gozando de una inmunidad diplomática, de la cual tienen derecho en el extranjero exclusivamente, las personas que sirven a un país para hacer actividades en beneficio de este y no para curarse de los achaques de la edad en cualquier país del primer mundo.
 Entonces me alegré de no haber comprado de nuevo ese libro, ya que el final perdido me había dejado con el misterio del futuro de esos personajes,  así que en  esos momentos me deleitaba viendo en los noticieros por todos lados a esas¨Isabeles y ¨Franciscos¨, llorando, y reclamando justicia en el exilio para  ver frente a un Juez a ese ¨General despreciado¨ considerado por ellos como uno de las alegorías universales de traición, conspiración y cobardía de su país,  siendo su dictadura la más sombría de la historia Latinoamericana por la muerte de tres mil personas asesinadas o desaparecidas durante su gobierno. Por fortuna fue declarado culpable por violaciones de los derechos humanos, salvándose de ir a la cárcel por su demencia y su avanzada edad, pero la humanidad lo repudió, fue abandonado por la mayoría de sus fieles, murió el día de los derechos humanos, pero de manera muy diferente a la que había soñado, pero las ¨Isabeles y Franciscos¨ habían podido reiniciar sus vidas, sanando su heridas teniendo una familia, hijos y nietos y trabajo. Muchos volvieron del exilio s su país con el amor y la esperanza de ayudar a construir nuevamente una sociedad más justa, solidaria y respeto a la vida, constituyendo esto la derrota del ¨General¨ y así fue que  con los recortes de los periódicos en donde estaban estas noticias yo había encontrado finalmente mi libro perdido.