Labios asesinos,
dagas detrás del tiempo,
labios asesinos
resurjes del polvo y el humo.
Es un espacio,
un pequeño espacio
ocupado con nuestro amor.
Dulce y pequeña asesina.
En tu monte de venus
pongo un altar de crisantemos,
en las dunas de tu vulva
un corazón atravesado de púas.
Pequeña y tierna asesina.
Con tus dientesitos
trituraste mis tripas;
me cocinaste, soy tu cerdo,
soy tu rosado cerdo.
Con tus dientesitos
me hiciste pedazos las entrañas,
con tu lengua le hiciste sexo oral
a mis riñones y pulmones
y ambos explotaron de placer.
Pequeña y juguetona asesina.
Fumábamos yerba
y las carreteras se llenaban de monstruos
   (gigantes de luz unidimensional
mientras nosotros hacíamos
nuestra propia tumba
escavando en la piel del cielo
con una espatula negra.
Caímos desnudos por el suelo...
retorciendonos como culebras hipnóticas
hasta que quedamos con esa sonrisa idiota
y las palabras en la boca
nos besamos poesía
no podíamos hacer más,
era la despedida.
¡pequeño capullo de amor!
Dulce y tierna asesina.
Creo que esto lo escribe un fantasma.