Ahora que tu cuerpo y tu alma
es más que un poema;
que la luz quema mis ojos y entrañas
y mis lágrimas son humo
deportado de mi boca.
Ahora que he dormido con tu gemela
inmaterial y tristemente metafísica,
pero pensando en ti con todo mi pene.
Ya no me queda ni la melancolía del blues
ni la sensulidad del jazz
ni el poderío del rock.
He dejado mi vida de rockstar de hardrock,
para convertirme en un anciano tristón
que recuerda tiempos mejores.
Mi célebre pasión ya es ceniza
y ya se pudre mi traje de Elvis
en el armario de mi alma.
Hasta B.B King me abofetea y
Chuck Berry me escupe;
sólo la vieja Billy Holiday me canta
los pasos hacia mi tumba,
a tallar mi epitafio ("a todos fuck you")
con la misma navaja con la que ayer
acuchillaba sádicamente el himen
de las colegialas encantadoras.
Hoy corto mis venas
y donde antes goteaban estrellas,
ahora gotea sangre vulgar.
Antes, mucho antes,
cuando te hacía el amor,
sudaba luciérnagas,
hoy sudo pestilencia humana
y es verdaderamente triste.
Ahora que tu cuerpo es más que poesía
y más que música,
sale de mi jurisdicción;
ya no tengo pasaporte para llegar a tu piel
y si me porto un poco ilegal
la realidad me da un tiro en la cabeza.
¡¿Dónde está mi Locura?!
Simplemente ni hoy ni mañana
entiendo la vida.
He descuartizado mis libros de filosofía
porque esos hijos de puta
no me enseñan a hacer el amor;
las transfusiones de carne
hoy son transfusiones de tristeza.
Las roncas de alegría
hoy son estertores de dolor.
Las cervezas frías
hoy son licuados de saudade.
Y es triste,
créeme.