1

El cielo es café,
la contaminación mi guía,
un chamán se muere
de frío,
a una bruja le robaron su escoba,
al filósofo lo castraron.
El amor se mudó
a los labios de la luna
que,
imaginamos,
brilla del otro lado
de esta cortina.

2

Un desliz:
un micrófono que sangra
una voz
una voz
que desentraña
que deja expuesto
un micrófono

3

Míname de besos
detona labios y saliva
en mis huesos;
cuéceme la medula
con tus caricias
expídeme la cedula
de las delicias;
enciélame el sueño
fabrícame el suero
entre tus piernas
de notas tiernas.
Ábreme el cuerpo
con fórceps de plata
todavía no estoy muerto
mi espíritu se dilata.

4

Este sacrificio
manda besos desde el andén.
De esta central
saldrán los camiones de mi espíritu
para atropellar
tus labios
y cuartearlos de te quieros.
Esta madrugada me lee la suerte
en un café
negro como el abismo
adivino como tus ojos
amargo como el olvido.
Esta realidad estallará
el día que me quieras
estallará
con las piernas abiertas
con las estrellas abiertas
entonces mi amor
será una esfera
y sus direcciones
serán infinitas.

5

Este sacrificio
te calentará las tripas
en el invierno
de la madrugada.
Desde aquí habitarás
todos los paraísos
inventados
soñados
ocultos.
Este sueño te comerá
las pestañas
y escapará con ellas
a la tierra de nunca jamás.

6

Los pedazos de mi alma
y tu alma,
finalmente,
los recojo en este poema
y es siniestro
y es etéreo
pero arrojándolos
al azar
crean blancos rompecabezas
con negros acertijos.

7

Suelo necesitarte
cuando soy más fuerte.
Te evoco
cuando nadie más
me puede romper.
Yo ocupo romperme
en ti,
hacerme pedacitos
por todo tu cuerpo.

8

Este insomnio me lleva
a arrancar
los dientes podridos de Dios
y a jugar dados
de lo dado:
El fenómeno
de encontrar tu espíritu
en el fuego
en la antorcha
de la luciérnaga