Centinela en las noches
despues del fragor,
cuando me perfuma el hervor de tu piel,
despidiendo vahos que se van sumando,
caravana insomne hacia la ventana.
Y la lluvia toca otra melodía
con su rebeldía germinando gotas,
diviso en la cama tu aletear de ninfa,
tu alma entre las sábanas.
Arlequin desdicha que me maravilla,
que siempre provoca
y bajo la guardia
me quedo en capilla
y dejo que explores,
que arraigues tu manos,
que tomes el mando y
cantes victoria,
despues ya no importa
si vienen refuerzos o si el universo
nos tiende una trampa.