Desde los ojos de Narciso (Parte Final)
Publicado en Jan 12, 2010
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 Luego de ese extraño acontecimiento, sin saber nada, Sócrates le hace ver los celos que siente, Narciso le deja en claro que lo ama a él, sin embargo, Sócrates le dice que el ya no, que se dio cuenta que era un error, por lo que da por terminada la relación, pero solo de la boca hacia afuera.
Conforme a estos acontecimientos, llega el fin de semana, uno de los últimos del año. Como ya es costumbre, Narciso se va a la casa de su tía. Al momento en que todos salían del internado, Narciso se encuentra con Saúl, el cual a lo lejos, le hace gestos indicándole que le gusta que no perderá el tiempo, que lo conquistara.
Al llegar a su casa, su tía espera a Narciso en la puerta, algo que nunca había ocurrido, la cual sujeta en sus manos un pañuelo y un rosario.
-Tía ¿Qué hace aquí? ¿Está llorando?
-Sí, es que paso algo terrible.
-Tía me está asustando, ¿Le paso algo a mi mamá?
-No, tu mama está bien, solo que muy triste como yo
-¿Qué paso entonces? ¿Por qué están tristes?
-Tu papá Narciso, tu papá se murió.
Narciso no cree lo que escucha, jamás se imaginó que algo así le esté ocurriendo, suelta sus maletas, entra corriendo a la casa y se encuentra con el velatorio. Lentamente se acerca al ataúd y observa la cara fallecida de su padre, que sigue, a pesar de su muerte, con el ceño fruncido, imponente y orgulloso. Narciso al ver esto no soporta la realidad, corre hacia al patio y se apoya en un árbol, siente un asco inmenso, no es capaz de contenerse y vomita, vomita como jamás lo había hecho.
Al salir del cementerio, Narciso impávidamente toma rumbo a hacia la casa de su tía para recoger sus maletas. Cuando va saliendo para partir al internado, su madre que recién llega del cementerio lo intenta detener.
-Hijo, no es necesario que vaya al internado, ya solo quedan unas semanas para el fin de año, lo más probable que si le explico la situación al sacerdote a cargo, entenderá.
-Mamá, se que estas preocupada por mí, pero lo mejor es que yo siga con mi rutina, si estoy ocupado no pensare en nada. 
Se acerca a su madre, le da un beso en la mejilla y sale de la casa lo más rápido posible, para llegar al internado antes de que caiga la noche.
Al entrar al internado, se percata lo temprano que llego, aun falta un poco para el crepúsculo, se dirige a su pieza, deja su maleta en la cama y siente unas inmensas ganas de llorar, pero se da cuenta que si lo hace no parara mas, además Sócrates ha de estar por llegar y no quiere que nadie lo vea así. Como ya no es capaz de seguir sosteniéndose, decide caminar hacia el baño. Corre por los pasillos, llega al baño, lentamente se dirige a la última caseta, junta la puerta y deja escapar el llanto, cayendo de rodillas. La puerta se abre, Narciso se siente al descubierto y se gira para decir que está ocupada pero su sorpresa es grande cuando se percata que es Saúl. Lo toma de los brazos y lo levanta, al percatarse que está llorando le pregunta que le ocurre, Narciso solo le responde con un abrazo y un llanto desatado, Saúl, con la mano que le quedaba libre debido al abrazo, junta la puerta, para luego sacar partido de la situación y besar apasionadamente a Narciso, el cual debido a lo desorientado que se encuentra, acepta todo lo que Saúl le está a punto de ofrecer.
La pasión se ha desatado en ambos, se han liberado de la ropa y ni siquiera se preocupan que se encuentran en un baño utilizado por todos, simplemente de dejan llevar por sus instintos. Pero todo siempre se acaba y la puerta se abre de par en par, Narciso se gira para ver quién es tomando conciencia que todo se acabo, pero se percata que es Sócrates, el que con una horrible cara de espanto decide escapar del lugar, Narciso se sube los pantalones rápidamente y sale en su alcance. Ya en el patio lo toma del brazo y lo gira hacia él, le quiere explicar que lo ama, que si hizo aquello con Saúl, es porque estaba débil, quiere contarle que su padre ha muerto y que lo necesita más que nunca. Sócrates no acepta explicaciones, le da a entender que todo termino y le aconseja que se cuide, pero que es su decisión hacer lo que le plazca. Le da un estirón a su brazo para zafarse y se retira del lugar llorando, dejando a Narciso solo y rodeado por la oscuridad. Narciso se percata que el hombre que le hacia la vida imposible, su padre, estaba muerto, pero que también el que se la hacía agradable lo odiaba, agacha su cabeza y dándose cuenta que lo perdió todo, llora desconsoladamente. Para tratar de consolarlo, llega a su lado Saúl, el que con un pequeño golpe en el hombro le hace entender que está con él. Narciso se gira encolerizado y le toma la mano bruscamente, generando un gran dolor en Saúl.
-No obstante con la muerte de mi padre, tú me cagas la vida
-¿Cómo que te cage la vida? Te estaba apoyando
-Mentira, te aprovechaste de mí, me viste débil y sabias que te resultaría, eres un bastardo, no quiero ver tu horrible cara nunca más junto a mí, ¿escuchaste?
Le grita Narciso a la cara, generando mucho miedo en Saúl, soltándole el brazo y empujándolo para que caiga de espaldas al suelo.

Siente su cuerpo muy pesado, apenas sus ojos se pueden abrir, siente que no tiene control sobre su cuerpo, pero aun así, decide hacer el esfuerzo por mover sus extremidades. Al hacerlo una enfermera se da cuenta que Narciso se está despertando, por lo que corre a llamar al Máximo para luego llamar a Diana, la madre se Narciso.
Rápidamente Máximo entra a la sala, examina por todos lados a Narciso y le ordena a la enfermera que le tome muestras de todos tipos para realizarle exámenes.
Una vez que Narciso ya puede abrir los ojos, se percata de quien le examina, intenta hablar, pero Máximo se lo impide, le dice que está muy débil para hablar, que la conversación tendrá que esperar. Máximo toma sus cosas, y sale de la habitación. Narciso ya con su conciencia casi restaurada, siente mucha impotencia, rabia y pena, su plan no ha funcionando, aun sigue con vida, algo que simplemente ya no quiere. Escucha una conversación a las afueras de la habitación, lentamente gira su cabeza hacia la puerta y se percata que su madre viene entrando, en su cara se refleja angustia, se siente en una silla que esta junto a la cama y observa a su hijo, le toma una mano y mientras llora, la besa.
-No sé qué sería de mí si te me mueres, ya se fue tu padre, otra muerte mas no la soportaría.

2 Semanas después…

Narciso ya ha comenzado a comer alimentos sólidos, ya no se encuentra en la sala de recuperación, gracias a la gestiones de Máximo, Narciso no fue trasladado a una sala común, sino que a una sala individual. Ese día por la mañana, como ya es costumbre por esos días, Diana llega muy temprano para estar con su hijo. Mientras aun Narciso duerme, ella se pasea de un lado a otro para que cuando el despierte todo este en su lugar.
-Mamá, ya estás aquí. Deberías descansar
-Hijo, esta pieza la tenemos gratis, lo mejor es que le agradezcamos a Máximo y no le demos trabajo a las enfermeras.
-Yo no quiero nada de ese desgraciado
-Cuida tus palabras, el te salvo la vida, siendo que podía cumplir con su palabra
-Seguramente quiere algo a cambio el infeliz
Suena la puerta de la habitación, ambos se giran para ver quién es y se sorprenden al ver que es Máximo.
-Gracias por tus cumplidos, yo también te quiero Narciso
-Claro que me quieres, me quieres muerto, no sé porque no cumpliste tu palabra
-Simplemente si te dejaba morir, ibas a descansar, pero si estás vivo vas a sufrir una lenta y dolorosa muerte, lo que me deja la conciencia muy tranquila. Pero bueno, a lo que vengo es a otra cosa, yo prometí matarte y no lo hice, pero hay alguien que quiere algo, por lo que veo lo ibas a cumplir y yo lo impedí, así que vamos a tener que hacer algo para que esa promesa se cumpla de alguna forma ¿me entiendes Narciso?
Narciso y su madre se miran extrañados sin comprender nada.

A pesar de compartir por los tres años restantes la habitación con Sócrates, Narciso nunca más hablo con él, a pesar de lo enamorado que esta de él, nunca más paso nada entre ellos, cada uno hace su vida por separado sin interferir en la del otro en ningún aspecto. Narciso jamás se atreve a decirle nada, ni siquiera a preguntarle dudas de los estudios. El último día de clases, Narciso intenta hablar con Sócrates, le intenta explicar lo que realmente ocurre, pero Sócrates solo responde de manera fría, pero eso no es lo que más le duele a Narciso, Sócrates entrara a un monasterio para ser cura, algo que a Narciso no le cabe en la cabeza, se percata que ha perdido para siempre al amor de su vida, pero aun así no se quedara tranquilo. 
Sócrates toma su maleta y sale de la habitación sin mirar a atrás, tragándose la pena de no besar a su amor. Narciso no quiere ese final para esta historia, hace su último intento de que todo termine bien.
-Perdóname, por favor perdóname, al menos prométeme no olvidar nuestros momentos felices, nuestro primer beso.
Sócrates solo acelera el paso, no quiere mostrarse débil antes Narciso, no quiere que lo vean llorar. Narciso entra al cuarto, lo observa, jamás se imagino que el lugar que encontraba tan monótono, le había propinado los mejores pero a la vez peores recuerdos. Un ruido lo hace girarse hacia la puerta, su cara a pesar de las lágrimas, se llena de emoción, piensa que es Sócrates.
-Sócrates, volviste amo…
-No soy Sócrates, soy Máximo su hermano, pensé que él estaba acá.
-No, ya se fue
-Perdón por la intromisión, ¿Por qué lloras?
-La tristeza de dejar esto atrás, fue una buena etapa
-Me imagino, bueno me voy, que estés bien, Chao.
Conforme a esto el tiempo pasa rápidamente, Narciso vuelve a vivir con su madre, ya que su padre ha muerto ya hace un par de años. Como todo joven que quiere progresar en la vida, entra a la universidad, a pesar de tener oportunidades de iniciar otras relaciones, no lo hace, aun no es capaz de olvidar a Sócrates. Por más que trato de averiguar el lugar en que se encontraba, nunca supo nada, simplemente se resigno a que ya nunca más estarían juntos.
Ya estando muy avanzado en su carrera, un día caminado por el campus, Narciso a lo lejos reconoce una silueta, no entiende que hace ahí, rápidamente se acerca a saludarlo.
-Saúl tu por acá, ¿Qué haces aquí?
-¿Narciso? Pero que cambiado estas, te has convertido en todo un hombre, un hombre muy guapo.
-Vaya, vaya, hay cosas que no cambian.
-Claro que no, hay cosas que no cambian. ¿Qué tal si vamos a tomarnos un café para conversar un rato?
-Está bien, vamos.
Ya estando en el local, Narciso quiere averiguar que hace Saúl en el lugar.
-Lo que pasa es que me cambie de carrera, tuve algunos problemas
-¿Problemas? La última vez que supe de ti, me entere que estabas muy bien
-Es que realmente los problemas que tuve no fueron con los estudios, fueron con un ex novio.
-¿A si? ¿Qué paso?
-Para hacerla corta, nos conocimos, nos gustamos, nos hicimos novios, el me engaño, termine la relación, el se obsesiono, me decía que tenía algo muy importante que decirme, obviamente no lo deje decir nada, para escuchar que me ama, mejor que se quede callado, por lo que mejor me cambie de universidad para dejar eso atrás, pero no hablemos de mi ¿Cómo estas tu? ¿Hay alguien por ahí?
-No, no hay nadie, no es por ser creído, pero oportunidades no me han faltado. Pero mejor solo que mal acompañado.
-Mi compañía será mejor que la soledad, o ¿también es mala?
-Saúl, después de la ultima vez, sabemos que esto no es bueno, no quiero recordarte lo que provocaste aquella vez, si no fuera por eso, estaría con Sócrates, que es el hombre al que amo con toda mi alma. Fue súper bueno haberte visto, pero tengo que irme, que estés bien.
-Narciso, no seas así, vamos regresa.
Narciso no escucha explicaciones, sale de la cafetería, Saúl saca un billete y lo deja encima de la mesa y sale en su alcance. Como la noche ya se ha dejado caer, Saúl está dispuesto a hacer cualquier cosa para demostrarle que lo ama. Al llegar cerca de Narciso, lo toma de un brazo, lo gira hacia él y lo arrincona contra una pared, lo besa, lo besa con pasión.
Narciso siente un cálido beso en su frente, abre los ojos y se percata que es Saúl que trae el desayuno.
-Vamos mi bello durmiente, despierte
-¿Qué paso? ¿Qué hago aquí?
-Que eres tonto, ¿cómo no te acuerdas?
-Claro que me acuerdo, me acosté contigo, tuvimos sexo, lo que no entiendo como paso esto.
-¿Quieres que te lo dibuje?
-Me tengo que ir, esto jamás debió pasar, es un error
-Ta amo, para mí esto es lo mejor del mundo
-Para mí no, yo no te amo, amo a Sócrates
Narciso se levanta, rápidamente busca su ropa y se viste, mira a Saúl, el que tiene sus ojos llorosos.
-Perdóname, jamás debió pasar esto, lo mejor es que no me busques, te hace daño
-Narciso espera, espera….
Narciso simplemente se va, no quiere escuchar nada.
Al llegar a su casa, su madre lo está esperando preocupada, pero muy molesta.
-¿Dónde te quedaste? ¿Te cuesta mucho llamar?
-Fue algo que no pensé que iba a pasar, no estaba en mis planes, por eso no te avise
-¿Qué paso? ¿Dónde te quedaste? ¿Acaso con una niña por ahí y no me quieres decir?
-No mamá, no seas ridícula, no me quede con una “niña”
-¿Ridícula?, eso no tiene nada de malo
-Me acosté con otro hombre, eso paso
-¿Qué?, ¿Qué me estás diciendo?
-Eso mamá, soy gay, me gustan los hombres, por eso el papá me echo de la casa, por eso me mando al internado.
-¿Cómo paso esto en mi mismo techo y nunca me di cuenta? ¿Por qué no me lo dijiste?
-Porque el papá me dijo que si le decía a alguien, lo iba a deshonrar y si hacia eso, me iba a castrar, porque solo los hombres merecen llevar eso entre las piernas.
Narciso no se puede contener y llora desconsoladamente, Diana solo se acerca y abraza a su hijo, le acaricia el cabello.
-Ahora entiendo porque tu papa no quería que te juntaras con ese niño cuando estabas más pequeño.
-Si, por eso, me encontró con el dándonos un beso esa vez que fueron a una fiesta y que el volvió temprano, ahí se dio cuenta de mi verdad, me saco del colegio y me mando al internado.

-¿De qué promesa me hablas Máximo?
-De la que le hiciste a mi hermano cuando lo fuiste a ver y lo dejaste en el suelo, se lo que él te dijo, se relaciona muy bien con lo que estuvo a punto de pasar. Si tu y yo queremos lo mismo, es mejor que me sigas en esto y al menos la mayoría de nosotros será feliz.
Diana no comprende nada, intenta irrumpir pero no le dan espacio para que diga nada, solo puede esbozar palabra cuando Máximo se retira de la habitación.
-¿De qué está hablando?
-Lo que pasa, es que si tenía razones para ir a la casa ese día, yo fui al monasterio primero y el también fue, la cosa es que el fue a nuestra casa porque yo deje llorando a Sócrates, pero fue sin intención.
-¿Pero como no me lo dijiste antes? Y yo tratándolo mal, tuve que parecer loca, ¿hay algo más que deba saber?
-Sí, hay algo más

Narciso sale de una oficina del centro de la ciudad donde vive muy desalentado, el trabajo que le decían tener, no se lo han dado, decide caminar hacia la plaza y sentarse en un escaño a pensar en lo infeliz de su vida, un fuerte frenazo de un automóvil lo saca de su transe, mira hacia todos lados y no ve de donde proviene. Sigue en su transe pero sorpresivamente aparece un hombre de terno a su lado.
-¿Saúl? ¿Qué haces aquí?
-Hace mucho que te buscaba, en la universidad jamás te vi y esto es muy importante que te lo diga. 
-Pero Saúl, hace ya seis años que pasó todo, creo que deberías darte cuenta que te estás obsesionando, déjame tranquilo
-No es obsesión Narciso, te tengo que decir algo de suma importancia
-Me tienes que decir que me amas, tú mismo dijiste que te sigan para decirte eso es patético, me lo dijiste por tu ex
-Lo sé pero me equivoque, el no me quería decir eso, me quería decir otra cosa
-Y que me importa a mí lo que tu ex te tenía que decir
-Lo que me dijo lamentablemente te atañe a ti y de una forma muy injusta. Mi ex no me seguía para decirme que me amaba, lo hacía para decirme que tenía SIDA.
-¿Y qué me importa a mí que ese sujeto que ni conozco tenga SIDA?
-Es que eso me hizo hacerme el examen a mí y, yo, también tengo SIDA, deberías hacerte el examen también
Narciso siente que se desmaya, no le quiere creer, bruscamente se levanta del escaño e intenta escapar del lugar, Saúl lo detiene
-No te vayas, aun te tengo que decir algo
-¿Qué? ¿También sabes cuándo tiempo me queda de vida? Me cagaste la vida, déjame en paz, yo no quería hacer nada y como siempre me obligaste.
-Toma este papel, aquí hay una importante información que te va a gustar mucho
-¿El laboratorio en donde me hago el examen?
-No, es la iglesia en donde trabaja Sócrates
Saúl le da el papel a Narciso y se retira, Narciso se queda atónito con la actitud de Saúl, no entiende cómo cree que con esa información va a pagarle el daño que le ha hecho.
Corriendo llega a su casa, entra y se encierra en su cuarto, se pasea de un lado a otro pensando en que tiene que hacer, primero piensa en contarle a su mamá, pero después se da cuenta que mejor se hace el examen por su cuenta, si sale positivo le cuenta, pero si sale negativo, su madre jamás debe enterarse de nada.
Entra a la ducha, se cambia de ropa y se va al hospital a pedir el examen. Al llegar se acerca al mesón y silenciosamente pide el examen. Lo hace pasar a una sala y le sacan una muestra de sangre y le piden que vuelva en dos semanas más.
Durante ese tiempo de espera, Narciso continua buscando trabajo sin tener resultados, su madre nota algo extraño en él, pero decide no decirle nada, aunque encuentra un poco dramático la gran cantidad de peso que ha perdido en tan poco tiempo.
Un día mientras camina decepcionado por el centro por no haber conseguido un trabajo que tenía casi seguro, recibe una llamada del hospital, los resultados de sus exámenes ya están listos. Narciso siente que el mundo avanza en cámara lenta, no quiere ir a buscar nada, pero saca fuerzas de flaqueza y toma rumbo hacia el hospital.
-Muy bien señor, le informamos que usted lamentablemente está infectado por el virus del SIDA.
Narciso siente que su cuerpo flota, solo recuerda como se contagio y siente deseos de vomitar.
-Señor necesitamos saber cómo se contagio
-¿Por qué? ¿Acaso es importante?
-Por supuesto, así podemos detener el contagio
-Soy gay y me lo pego un desgraciado hace 6 años
Narciso ya no se resiste, sale corriendo. Llega muy agitado a su casa y entra al baño, su mamá que lo siente llegar quiere saber qué ocurre, insistentemente golpea la puerta pidiendo explicaciones, pero no se escucha ningún ruido, sin previo aviso, la puerta se abre de golpe, Narciso sale llorando y se cuelga del cuello de su madre.
-¿Qué te paso hijo?
-Mamá, mamita, tengo SIDA
-¿Qué? ¿Pero cómo?
-Saúl, mamá, el me lo pego
Diana al escuchar lo que su hijo le cuenta, se desespera, deja a Narciso llorando y busca en la agenda de él, el número de teléfono de Saúl, al dar con el numero, se dirige al teléfono y hace un llamado. Narciso no se percata de toda esta escena, está sentado en el suelo mirando el vacio, su pena se puede contemplar por el solo hecho de que las lágrimas no le paran salir, solo siente a lo lejos los murmullos de su madre alegando con alguien. Diana violentamente corta el teléfono y se acerca a su hijo, le toma de las manos.
-Tranquilo hijito, todo va a estar bien, de algún modo saldremos adelante, tu tratamientos lo recibirás y nada te va a pasar.

-Narciso, ¿Qué otra cosa desconozco?
-Mamá, lo que pasa es que un día que venía del hospital de retirar mis pastillas, me acorde de un papel que me dio Saúl donde decía donde estaba Sócrates, por lo que decidí pasar, ya que estaba cerca.
-Ya, ¿y?
-Bueno como te decía, decidí ir, entonces….
Narciso algo nervioso entra a la iglesia y a la primera persona que encuentra le pregunta por Sócrates.
-¿Al padre Sócrates te refieres?
-Bueno si, al padre Sócrates, ¿Dónde lo encentro?
-En este momento está en la sala que se encuentra al final del pasillo.
Narciso le agradece y camina hacia la sala, abre lentamente la puerta y ve a Sócrates con una larga sotana dándole la espalda a la puerta ordenando una mesa. Narciso entra silenciosamente y alza la voz, Sócrates de un pequeño salto del susto y no cree lo que sus ojos ven.
-Hola Sócrates ¿Cómo estás?
-Hola Narciso, estoy muy bien y ¿Tu?
-Se hace lo que se puede, bien dentro de mi gravedad
Ninguno sabe que decir, solo se observan, Sócrates recuerda todo lo vivido y decide aclarar algunas dudas que lo atormentan.
-¿Por qué me engañaste con Saúl?
-No lo sé, mi padre había muerto, necesitaba de alguien, el único que estaba ahí era él.
-Entiendo, creo que simplemente las cosas no se dieron como queríamos que se dieran
-Eso no es verdad, tu primero me rechazaste, nunca supe porque
-Yo estaba dispuesto a todo, pero ese fin de semana, escuche una conversación de mi papá con mi hermano en donde hablan de los homosexuales, decían cosas como que debían morir, y eso, me dio miedo y me aleje, se que fui un cobarde, pero ellos me mantenían, si descubrían algo, me quitaban todo, como te había pasado a ti.
-Bastante cobarde que eres, por tu culpa ambos somos infelices, por tu culpa todo esto nos ha pasado
-Yo no soy infeliz, tengo una buena vida
-Pues yo no, tengo una vida miserable, y por tu culpa, desde que me dejaste, es más, desde que decidí amarte, mi vida es algo miserable.
-Perdóname, nunca fue mi intención, yo también te am…aba
-¿Me amas?, ¿me ibas a decir que me amas?
Narciso se acerca lentamente y le toma la cara a Sócrates y lo besa, lo besa como nunca lo beso, Sócrates a pesar de todo se deja llevar, pero toma conciencia y le da un empujón.
-Ándate de aquí, tú me provocas confusión, a pesar de que no te veía hace más de diez años, estabas en mi cabeza, te recordaba y eso me confundía, quise abandonar esto, gracias a Dios él me dio fuerzas, continúe y viví cosas que como ciudadano normal no hubiese vivido, pero ahora llegas pidiendo explicaciones, siendo que tú fuiste quien arruino todo, me besas y me dejas mi mundo pies arriba, ¿Por qué tuve que conocerte? ¿Por qué? Desearía que estés muerto, que jamás hubiese existido en mi vida, desearía que desaparecieras y te lleves contigo toda esa miseria de la que me hablaste alguna vez y que lamentablemente no escuche y te seguí hasta ella, déjame en paz, quiero ser feliz, sin ti lo seré, si me amas tanto, déjame para siempre. Ahora vete.
Narciso al ver a Sócrates tan encolerizado deseándole la muerte, se siente una basura, por segunda vez no le dejo decirle lo que le pasa, se da cuenta que debe morir, que lo único bueno que puede dejar como legado, es su muerte, corre por el corredor de la iglesia, al llegar a la salida choca violentamente con un hombre.
-Hey, cuidado. Espera, ¿tú no eres Narciso el compañero de mi hermano en el internado?
-Sí, lo era
-Cada vez que te veo estas llorando ¿estás bien?
Narciso simplemente no espera una respuesta, sale corriendo dejando a Máximo con la palabra en la boca.
Máximo no le toma importancia y entra a la iglesia, camina por el corredor y entra a la sala donde Sócrates esta normalmente, el cual llora desconsoladamente
-Hermano ¿Qué paso? ¿Por qué lloras?
-No me paso nada, estoy bien
-No tendrá algo que ver tu ex compañero que me tope en la salida
-Bueno si, es que recordar viejos tiempos provoca nostalgia
Máximo ha escuchado esa frase anteriormente, solo queda atar un par de cabos sueltos y descubre la verdad.
-¿Por qué no me dijiste la verdad?
-¿Qué verdad?
-Ustedes son homosexuales y fueron pareja, por eso el lloraba aquella vez, por eso tu también llorabas, por eso ambos lloran ahora. Lo que no se es que paso para que estén separados ahora y lloren tanto
Sócrates no entiende como su hermano descubrió la verdad en forma tan sagas, Máximo se acerca a él y lo abraza.
-Si deseas me puedes contar todo para desahogarte
Sócrates observa a su hermano con sus ojos llorosos y decide desahogarse.
Narciso está en su casa sentado en el sofá observando la televisión para pensar en otra cosa, el timbre rompe la tranquilidad en la que estaba Narciso, este se levanta para abrir la puerta, pero su madre le grita que ella lo hará, Narciso no alcanza a sentarse nuevamente y Máximo se lanza a golpearlo, votándolo al suelo, Diana se lanza a separarlo pero no es necesario, Máximo se aleja solo y observa como Narciso se retuerce del dolor.
-¿Qué te pasa con mi hijo infeliz?, si algo le ocurre te demando, el tiene VIH y está muy delicado.
-Mas encima, maricón y con SIDA. Lo único que te digo que dejes de molestar a mi hermano y si por alguna razón llegas a mis manos en el hospital, te mato desgraciado te mato.
Después de desatar esa ola de violencia, Máximo sale del lugar, dejando a Narciso aun mas sumido en la depresión.
Ya en la noche, Narciso decide salir a la calle, al caminar un rato por los alrededores, aun se siente desesperado. Unas carcajadas juveniles lo hacen voltearse y ve a un grupo de pandilleros algo ebrios. Narciso tiene un fugas pensamiento y corre repentinamente hacia ellos, al acercarse a ellos, toma a uno por la fuerza y lo besa, los amigos del muchacho al ver lo que ocurre empujan a Narciso, lo tiran al suelo y comienzan a golpearlo gritándole una serie de improperios e insultos, Narciso cree haber conseguido su objetivos.
-Bueno mamá en ese momento saliste tú de la casa y ellos escaparon
-Pero hijo, ¿Por qué hiciste eso?
-Porque no fui capaz de suicidarme, a pesar de todo yo amo mucho a Sócrates y si mi muerte es lo único bien agradecido de mi existencia, entonces lo hare para recibir aquel efímero elogio.
Diana se acerca a su hijo y le besa la frente, pero Máximo entra violentamente y se sienta en una silla que esta junto a la cama.
-Muy bien Narciso, tú querías matarte para hacer feliz a mi hermano o ¿me equivoco?
-No, no te equivocas, pero aquí me ves, muy vivito
-Si claro, muy bien vamos a hacer algo, tu fingirás tu muerte, obviamente muy pronto te vas a morir, pero mientras, fingirás que te mueres. Por eso señora Diana usted será muy útil.
-¿A si? 
-Sí, usted le mandara una carta a mi hermano diciéndole que Narciso se murió debido a una golpiza que le dio un grupo de hombres por que su hijo es homosexual. Con esto mi hermano creerá esto, se sentirá triste es obvio, pero cuando eso se pase, ya no tendrá inseguridades. Todos felices, obviamente tu Narciso jamás veras a mi hermano en la vida.
Máximo tan violentamente como llego, se retira del lugar. Diana mira a su hijo con cara de no entender nada, Narciso simplemente asiente con la cabeza, la mujer se levanta de su silla, toma un cuaderno y un lápiz, comienza a redactar la carta, Carta que Sócrates recibirá muy pronto.
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Foto del autor Joaqun Varela Gutierrez
Textos Publicados: 17
Miembro desde: Nov 22, 2009
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Descripción

Continuacin del cuento Desde los ojos de Narciso, en el cual se cuentan todos aquellos acontecimientos que se desconocen de este personaje nacido en el cuento la Decisin y se contara como ocurre realmente su muerte.

Palabras Clave: gay homosexualidad

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin


Creditos: Joaquin Varela

Derechos de Autor: Joaquin Varela


Comentarios (2)add comment
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letra

¡AH !SIN DUDA ALGUNA, BELLA Y CONMOVEDORA FOTO. IGUAL, UN BESO LETRA
Responder
January 12, 2010
 

letra

JOAQUIN CREO QUE TODO SENTIMIENTO ES VALEDERO, DE UN SER A OTRO SER. LO IMPORTANTE ES COMPROMETERSE Y ADEMÁS PROTEGER SU VIDA.
EN CUANTO, A TU NARRACIÓN, NO SE SI SON PROBLEMAS QUE TENGO AL PASAR LAS HOJAS; O PUEDE DEBERSE A ORACIONES MUY LARGAS. LO CUAL DIFICULTA LA COMPRENSIÓN. HAY INCOHERENCIA A LA HORA DE INTERVENIR LA MADRE. SI ME EQUIVOCO DISCULPAME, PERO ESO SI SIGUE ESCRIBIENDO. UN BESOTE DE LETRA
Responder
January 12, 2010
 

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busy