El silencio se apodera lentamente de nosotros,
los que fuimos gritos en la noche.
Ahora nos acostumbramos a no dar la cara,
a participar como adornos en las fiestas.
Las calles extrañan nuestros pasos,
las fuentes el calor de las multitudes,
los hombres el proyecto nacional.
Nos cobijamos en oscuras prisiones.
Levantamos la frente ante la humillación.
Soportamos el atropello y asumimos las postergaciones
pero nos piden madurez, comprensión y responsabilidad.
El silencio es un remedio para calmar la revolución de nervios
que se esta gestando,
es la resignación del momento ante tanta injusticia,
porque el otro camino es el de la delincuencia para
sobrevivir, el de la mendicidad o la violencia
y nos somos delincuentes, mendigos o terroristas,
solo buscamos la justicia social que nos quitaron.
Sabemos que juntos somos la fuerza.
Sabemos donde esta el camino, pero en el silencio
y la oscuridad nos cobijamos mejor.
Hasta aquí solo han llegado quienes se dignaron
a denunciar nuestra situación,
quienes se jugaron por mostrar la cara sucia
de quien mueve la vida argentina,
quien les da de comer, los viste, los transporta,
pero nos piden madurez, comprensión y responsabilidad
y nos tildan de provocadores y subversivos, cuando solo
queremos PAN, PAZ y TRABAJO.
Nosotros no producimos las fisuras pero se nos quiso
utilizar de revoque.
Alguien tenía que sobrellevar el vil negociado de la
patria financiera.
Nosotros no podemos ser el muro de contención
de fuerzas extrañas que quisieron comprar el sudor
para aniquilar el pais.
Nosotros somos conciencia nacional dispuesta a
enfrentar a los instigadores del silencio, a los que
empujan a la oscuridad, porque nosotros somos
maduros, comprensivos y responsables.
 
Jorge Dossi  -   30-7-1982