A mi abuelo fiel mentor  de toda mi vida, le consulté sobre la actitud que debemos asumir ante las ofensas verbales y escritas, me dijo te responderé con esta anécdota: En mi época juvenil, ya bastante lejana, participé en un campeonato de beisbol organizado,  jugábamos un encuentro decisivo para la obtención del título,  en la tribuna no cabía un alma mas,  centenares de jóvenes hermosas presenciaban el partido, ellas vitoreaban el equipo y hasta coreaban mi nombre, aquella manifestación de simpatía me emociono tanto,  que me dije: Este es mi día, pero no fue así, porque, sacan un roletazo por la primera base, esta almohadilla era defendida por mí, tomo el batazo y lanzo la pelota al home para evitar  una  carrera, lástima que el tiro sobrepaso al receptor e hicieron una anotación,  el cácher reacciona indignado y me grita  a pleno  pulmón y públicamente: TU NO VES LO QUE HACES IDIOTA. Mi respuesta no se hizo esperar y le di al receptor un puñetazo en la cara y lo derribé, se armó un escándalo y me expulsaron.
Al día siguiente en el comité de ética me interrogaron:
¿Usted reconoce que lanzo mal a home?
 Si, contesté categóricamente
Entonces, si usted admite que fue un error, ¿Porque le pego un golpe al  cácher?
¡Porque me llamó IDIOTA! Y si me vuelve a insultar le doy la misma dosis
Hicieron su deliberación y finalmente nos pusieron una multa a los dos, con el mismo contenido.
Moraleja; Si quieres ser respetado: RESPETA, si te IRRESPETAN hazte RESPETAR, pero tampoco  andes dirimiendo tus problemas a puñetazos.
¿Ah si el ofensor está lejos?
Me contestó con un  relato histórico: El papa Pío VII excomulgó a Napoleón Bonaparte por violar los derechos de la Santa Sede, al enterarse el emperador francés, este ordenó preparar los cañones para disparar y destruir el vaticano, alguien le dijo: Emperador, eso queda muy lejos las balas no alcanzaran al Papa.
 Contesto el célebre militar: PUES SUS PALABRAS TAMPOCO.