Curvas, sombras.
Solo recuerdos de lo olvidado.
Llantos y victorias.
Más espinas que en el corazón se han clavado.
Escenografía natural de la más hermosa, todo es vanidad.
Tinieblas y luces se mezclan.
Precarios deseos que jamás se harán realidad.
Maléficos engaños y absurdas ilusiones se contemplan.
Prevalece la oscuridad.
Imágenes de otro tiempo vislumbradas con indiferencia.
Escalofríos y la luna me recuerda el sonido de la soledad.
Lleno de pasiones que no tenían condescendencia.
Me pierdo en la espesa niebla.
Buscando a la legión de almas que en ellas habita.
Es tan frágil ese pequeño mundo que solo los olvidados lo pueblan.
No pretenden nada más, a morir ellos se limitan.
Deambulan por cada rincón tratando de hallar el perdón.
Quieren regresar al mundo de los vivos.
No logran salir de esta cruda prisión.
Solo desean volar alto y volver a sus nidos.
Un torbellino de emociones violentas irrumpe en la quietud.
Desespera hasta a la más triste y desolada alma.
Y arrasa con todo en su camino imponiendo muerte a la multitud.
Para luego restaurar todo y dejarlo nuevamente en calma.
Y entre tanta penumbra un corazón comienza a latir.
Gritan, lloran, se enlutan.
Pero ellos ya no pueden reír,
ni siquiera respirar,
ni si quisiera sonreír.
Están destinados a vivir pero con el dolor en sus labios
y la desdicha de volver a nacer y volver así a morir...
                                                                                                                     Lírica
                                                                                                                   14/10/09