Cantos del alba
Publicado en Jan 07, 2010
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Preludio.


La veracidad existencial es todo aquello
Que disfruto, pero, el hombre susurra a lo erróneo
Que me equivoco,
La vid es un sueño
El ensueño es la realidad
Vaya ideal,
La muerte es parcial
Nefasta a lo real
Por tu parte una vil crueldad,
La sensación es similar a una escoria
Arrancando sus lágrimas.

Blanca mujer
Cadáver ficticio
Pintas sangre y la fuente ríe.

Que goce tu cuerpo
Con el rayo vivo
Y que mi amor sea para la luna.

La musa viste un vestido
De rizos mudos.

Quien dice que no duele
La luna me condena
Escucho gritos en la noche.

Llover resplandores
No voy a suplicar
Infame verdad.

Pero que cansada estoy, sino fuera por esta calina
Me sentiría mejor, esa luz del faro es un poco tediosa, nunca hace nada, sola como una niña pasmada, una sombra pasa con vanidad, atrás de ella
Vienen las alucinaciones de mis sentidos,
Maldición son las 6:56.


Primer acto.

Primera escena.


En la plaza cercas de un caballo el susurro es miedo
Que nace en tu piel, los niños lloran y los ladrones ladran, la quietud se hace notar, las sombras corren entre pensamientos, comienza la duda.

Bardo: de norte a sur se le vio llegar, como un rey ante su pueblo se hizo notar, algunos creen que mueren, pero, otros nada mas se van y desaparecen,
Sus ensueños se ven morir.

Primera sombra: los huesos del saco muerto, guardan con anhelo un cuerpo, el hombre llora por el infante muerto.

Arrapiezo: ¡que mano es digna para reclamar el cielo!

Bardo: la víbora del triste fruto, el egoísmo del verso que inmola el alma que mira su cuerpo muerto.

Arrapiezo: hablas con altivez, pero, solo es vanidad.

Bardo: puede que si, puede que no, solo es cuestión de entonar y acento, solo es cuestión de versos.

Segunda sombra: su mirada solo demuestra ansiedad, el sol se despide, se oculta entre las montañas.

Primera sombra: la luna con gran poder resplandece en el cielo umbrío, suspira el viento de otoño, un viejo solitario comienza a recordar.

Vetusto susurro: enseñadme, hacedme entender,
Hay mal en mi lengua, miradme y decidme la verdad,
Funestos tiempos mis hermanos se fueron, que mal hice.

Sombras: el alba cae, las corrientes se paran, no pueden más.

Vetusto susurro: como el viento me iré, me buscaran, mas no me encontraran, son tan perversos como cien demonios, delante de mi fieles, pero, detrás me mintieron.

Sombras: el alba cae, caven un hoyo y entierren los recuerdos.

Vetusto susurro: suspirando por las sombras me embriago con veneno, mi piel vestida con gusanos
Muere efímera.

Primera sombra: es momento de dormir, deja ya de maldecir, toma esta pluma y cierra tus pesares.

Vetusto susurro: malditos ingratos, no puedo creer que fueron mis amigos, sus ojos no me verán mas y que el soplo de siglos pasados cubra mi entierro.



Segunda escena.



El silencio se canso de gritar al sordo coro,
El vetusto susurro se acerca, pero, los pájaros
Lo rechazan, solo la sombra de su andar se apiada
De el y lo hace retornar.

Vetusto susurro: en un parque un infante juega, sin temor a nada, parece que tiene una vida por delante,
Al lado de el una niña llora sin consuelo, su madre no esta, al parecer se ha olvidado de ella.

Sombra: sonrisa y vesania, miedo mortal, jugando
A ser un dios.

Vetusto susurro: el niño con una mirada maliciosa se percata de lo sucedido, toma una piedra y se la lanza a la niña, esta comienza a sangra como cerdo al matadero.

Sombra: caminando por el cobertizo oscuro, te cuesta respirar, la vid se ríe con falsas, no encuentro solución jugando a ser un dios.

Vetusto susurro: la niña se marcha tambaleando y llorando, el siente como si hubiera ganado una batalla, siente que es un dios.

Sombra: imágenes veo, viviendo sin temor, no es amistad ni compasión, son guerras y destrucción.

Vetusto susurro: instantes después comenzó ha llover, el niño corrió a su casa, cuando bajo por los escalones del parque resbalo hacia la calle,
Con una mirada de horror observo que un carro viene hacia el.

Sombra: lágrimas secas, engaño torpe, cadáver de la flor jugando a ser un dios.

Vetusto susurro: antes de que suceda su fatal destino, la niña ríe y se deleita al verlo,
El carro pasa por su cuerpo, con un grito horrible el niño siente como su cuerpo se destroza, ve su sangre
Y suspira su último aliento, la niña se da la media vuelta y con un sublime toque de inocencia se retira mientras canta:
Tuso muerto al calentar el sol
Tuso muerto al sentir la luna
Tuso muerto al entender la rima.



Tercera escena.

Entre renglones de letras con manantiales de versos el bardo nace, pero, algo viene tras el con decoro y alegría.

Bardo: gentil perdición con disfraz acariciando el adiós,
Sigue esperando los gestos de la casualidad, cuida el vivir de la ingrata realidad.

Juglar: mía es la hora en el segundo, el reloj se paro, ya se canso, navega hacia atrás como cordero, quiere ser niño
Otra vez, buscando miradas en los años.

Bardo: busca cada respuesta en las estrellas que cantan con el sol, olvida la juventud perdida en la madurez, ya no puedes sentir la ataraxia, amores lejanos escritos en prosa.

Juglar: espera en silencio, vuelve a recordar, baila con el sauce llorón que cuenta su destino al expirar, las gardenias se burlan de el, mientras los gusanos se las comen.

Bardo: basta ya, no buscare mas, prefiero la soledad que deleita y forja ideas, las rosas me acompañaran.

Juglar: un anciano llora, su amor murió, su mirada es blanca y su cuerpo no puede mas, quiere fenecer, duerme tal vez en otra vida la podrás otear.

Bardo: a lo lejos se ve correr entre pensamientos llenos de placer.

Juglar: ¡pensamientos de ilusión!

Bardo: la pasión le sigue a pasos cortos, mira la veracidad del inmundo destino, la luna parece reina, busca en un cajón un regalo para el sol.

Juglar: ven hermano, siente el reproche, ven hermano siente el amorío, siente la noche, sin sentir como podría vivir,
Del vivir nada he podido conseguir, solo palabras para ti.

Bardo: expresión del sentimiento, vana congoja, campo de letras, el pesar es poeta, la belleza eleva y embalsama, virtud
De la grandeza, la tristeza brota del roció, valle de lagrimas para el combate, envidia que abruma, hace resaltar a la estrella.

Juglar: gran expresión que sufra la pasión, serás el fuego voraz que me consuma hoy.



Cuarta escena.

La hora de marchar ha llegado, los árboles danzan con el viento, los ojos aterrados incitan a llover, pero, no es un final, es un comienzo;
Las sombras han regresado.

Sombras: aquel que baila en su tumba desea cualquier cosa,
Ven y baila en la plaza, llévate la ataraxia.

Vetusto susurro: róbate el sol y la luna, para que lloren las nubes y tengan miedo a flor de piel, quema el libro, pues, de nada les sirve, solo los hace fatuos.

Sombras: toma el vino de la sabiduría infinita y come el pan de los versos.

Vetusto susurro: desafía a la vida, desafía a la muerte.

Primera sombra: no llegara aquello que sientes perdido
Después del erebo, intenta buscar en cada verso una señal
De triunfo, nunca te fíes de los santos.

Segunda sombra: fracaso y éxito, maldito impostor, la inspiración susurra al alba una pausada y honesta canción.

Primera sombra: alma linda y fresca apaciguando la angustia de la eternidad absurda y vieja.

Vetusto susurro: ¡donde esta mi hogar, solo deseo soñar!

Primera sombra: sentirás sed de libertad que busca en el aire la mutilada ideología.

Segunda sombra: deja de perseguir funestos días, la envidia te abruma, matiz y perfume en la flor del amanecer, la virtud es la trágica trama.

Primera sombra: tu plumaje es de claros timbres, que tu voz arrulle y se consuele el corazón.

Segunda sombra: el calvario es la pena, la mirra se consume, gotas de roció marchito, vuelo sombrío.

Vetusto susurro: que vas hacer cuando las sublimes nubes
Lleguen con el ataúd de tus amores.

Sombras: el cirio se marchita con los recuerdos de caminos anteriores.

Vetusto susurro: la esperanza se oculta en el agua pura,
Alentando se levanta mi espíritu con un consuelo, levanto del suelo una rosa sin paz, que llora caprichosa y triunfal.

Primera sombra: inseguro rosal lúgubre carnal, flujo de llanto que limpia el corazón.

Segunda sombra: florida en rosas es la lágrima que brota,
Ídolo superior, olvido tal, solemne y sensitivo tiempo vivaz.

Vetusto susurro: fantasmas en la niebla de la noche que grita, tal vez mi rosa de los vientos serás, infinita paz.

Primera sombra: levanta y sueña, verso del corazón,
Exquisita y suprema, curva de cristal.

Vetusto susurro: tal vez mi rosa de los vientos serás.

Sombra: ¡lirios, nardos y jazmines, pardos y grises!


Segundo acto.

Primera escena.


La realidad cansada de andar se dispone a dormir en su cama la humanidad.

Elegía: me marchare hacia el viento amor de mi vida, beso una flor.

Ensueño: que sientes hermano.

Elegía: lo recuerdo bien, te fuiste ayer, sin decir adiós como el sol, flor del olvido, beso el dolor, perdí mi fe, mi alma se va, el dolor desnudo se tortura, mientras fuma el placer.

Ensueño: que ves hermano.

Elegía: un camino de ojos inciertos, nublados por la visión, la luz parpadea y se apaga al final del no ser.

Ensueño: sientes despertar, sientes retroceder, sientes que la vida se va una y otra vez.



Segunda escena.

En su cama la elegía intenta olvidar, pero, la yira de la vid lo visita en sus últimos segundos de ser.

Elegía: que me dirás, que pensaras, intento saber cuantas veces pienso en ti, cuando duermo o despierto te veo ahí,
En una esquina hablando y sonriendo, todas las tardes paso por tu sombría casa, esperando a que despiertes a la supuesta vida, te llevo flores, pero, no las recibes;
La lluvia cae apresurada sobre tu casa, pero, no te importa,
El viento juega con tu pelo, el tiempo pasa por tu alma, acaso eso es malo;
Me gusta besar tus labios, me saben a miel, tu ropa se ve desgastada y tus manos un poco flacas, tus ojos son blancos y nublados, los insectos tratan de comerte, pero, los aparto de ti.

Ensueño: amar es como matar, sueños sin rumbo.

Elegía: cuando siento los candentes ríos de sangre y dolor me siento feliz, al sentir ese fresco rocío de gotas de sangre, vivo feliz en mi sombra como un demonio en el infierno.

Ensueño: amores viendo su cuerpo en las calles de la soledad.

Elegía: como la melancolía al romper la felicidad, como la oscuridad al romper la luz, como mis colmillos al romper tu piel, se consagra la angustia con los himnos de Satanás.

Ensueño: amar es como matar, sueños que sin rumbo van por las calles de la soledad, sonríe al volar y junto a tu Aislinn podrás estar.

Elegía: el pensamiento de pena que llevo en mi corazón es como el viento de otoño que arranca sus hojas y muere.

Ensueño: las almas ven al funesto cielo.

Elegía: sueños que sin rumbo van esperando a su amor encontrar, el aire los golpea contra su voluntad, bebiendo los recuerdos del ayer se sacia la realidad, a lo lejos la luz se abre camino entre la penumbra, se escuchan cantos de libertad;
¡Oh, luz en plenitud de gracia, saciada dicha, joven hermosa,
Idolatrada y libre!

Ensueño: la luna surge derramando sangre en el mudo muerto, la oración llora en el templo culpando al dios del cielo.

Elegía: ¿Por qué la luz expiro un reproche correr por mi mejilla, como un beso perdido en la noche por un tímido pétalo de rosa?

Yira: todo es quietud, el desconsolado cielo, el calpulli triste y la callada vida.

Elegía: como un rey el sol expira envuelto en hielo, se hunde en la copa de la montaña y ronco aclama que por el aire corren sus últimos sueños, piensa en cosas pasadas y en afecciones viejas;
Cae la lluvia de fatales gotas
El ruiseñor con palpitantes notas
Canta el cielo la canción de los muertos
Esperando su fatal descenso.

Yira: el sueño dormita, es la hora en que el parpado se cierra.

Elegía: Satanás con sus alas de murciélago
Se cierne sobre un sueño, la virgen muerta en su lecho,
Esta hambrienta y fatigada, se imagina en el cielo.

Yira: pasas como sombra por el suelo, siempre en tu eterno desvelo.

Elegía: el miedo abraza mi cuerpo, con el llanto que derrame la tempestad se espanta, no me inclinare ante aquel que enciende y apaga el dia, si fuera un ángel seria el soberbio luzbel.

Yira: desesperado en la realidad agonizas de dolor,
Nacer, pensar y morir.

Elegía: los que se arrastran no conocen la belleza Áurea,
El consuelo aclama a mis suplicas, con tinta consagro mis penas, a lo lejos un pájaro canta.

Ensueño: una lagrima rueda hacia el cielo.

Elegía: por fin despierto de este eterno sueño,
Aclamando la luz del astro, llora la luna y corro por el sendero.

Yira: ya fuiste esplendorosamente consagrado.

Ensueño: sueños que sin rumbo van, por las calles de la solead.

Elegía: que pensaras, que me dirás.


Tercer acto.

Primera escena.


En la última senda de la hipocresía con tus amigos vas.

Sombra: la tarde llega, todo es quietud, el viento es caliente como un erebo virtuoso.

Hombre: como podré hablar con ella.

Sombra: ¿con quien?

Hombre: con aquella que llena de de alegría mi mente parda.

Sombra: vamos compañero, piensa en lo dicho, no caigas en el abismo del solitario sentimiento.

Hombre: dime cual es el remedio de la vesania en el sentimiento.

Sombra: talvez una dosis desmedida de muerte, inyectando veneno en el centro de tu cuerpo.

Hombre: mi felicidad son tus golpes, tus golpes son mi vivir y mi vivir es mi dolor.

Sombra: acaso tal beldad acumula en su ser o solo el bosque del perder te atrapo con sus olores.

Hombre: que feliz soy.


Segunda escena.

La tarde llora y se va, la noche con su sutil melodía llega acentuando idolatría.

Hombre: me siento solo como un árbol mudando su oda;
Cierro los ojos y la veo entre pensamientos.

Sombra: la noche llego, blanca ilusión adoro, perla preciosa que irradia las pupilas.

Hombre: si ella me besara con su acento de gloria la penumbra dormiría.

Sombra: la penumbra ansiosa danza entre las tinieblas de tumba en tumba, con la cabecita de oro.

Hombre: me veo tirado en el rincón de mi corazón, meditando el amor de vos.

Sombra: doliente sin consuelo piensa ardiente como fatuo fuego.


Tercera escena.

Me tengo que retirar al ocaso, piensa en lo dicho, como es posible insistir en lo dicho.

Hombre: una mala noticia llego a mí sentir, juega el tiempo y el momento es veraz, mi voz se quiebra.
Duda parcial: ya no puedo seguir, incluso vivir, escoria vil vete de aquí.

Hombre: ya no siento las arias de tus besos, con mi anhelo me entierro.

Duda parcial: cada rosa quema tus labios, robas el aire con tu traición.

Hombre: tu espina se clavo en mi alma, me desgarras como el sol.

Duda parcial: cosas sin sentido, el pecado es el regalo que recibes de mi parte, no me acaricies con manos ásperas.

Hombre: que de perdido en el silencio, contemplando los ojos del orbe.

Duda parcial: las palabras son erróneas dormidas en tu boca,
El agua es lluvia mansa que desemboca, larga espera entre las horas.

Hombre: pesa la alegría, esta pérdida lejos de mi, niña de papel leyendo versos para mí.

Hipocresía: nocturna peregrina que no mira al suelo, santuario oscuro con tenaz murmullo.

Hombre: es beldad que posa en el aire.

Hipocresía: convencer es mi razón delirando con la roca, esplendor del cielo por lo mismo impuro.

Hombre: algo en ti me intriga, calma mi ansia de desconsuelo, dime tu secreto zagala vanidosa.

Hipocresía: soy orgullo que arrastra al fatuo, hacia un instante inconcluso, durante siglos he andado y comprobado que soy aria en tu estancia, mi amor seduce al mundo.



Cuarto acto.

Primera escena.


El tiempo se ve tejiendo una fuerte ilusión vestida con la desilusión.

Idealismo: caminando sin sentido ni rumbo ha seguir, comiendo tristeza y bebiendo sudor.

Realismo: del infierno vine y mi tiempo es veloz, corre como un niño por el sendero al escuchar mis pasos.

Idealismo: te robare el sol, la luna y el cielo distante,
Tu mundo será mi mundo y no podrás escapar.

Realismo: entre pecho y espalda, calor y frió en tu mente lenta, acostúmbrate a verme y ha dejar a un lado al ente.

Idealismo: miedo a un ruido insensato murmullo, incluso al cielo y a escuchar mi nombre en tu sueño.

Realismo: desde hace cuando comenzó el tormento de divagar en el desierto y no poder escapar.

Idealismo: no hay nada más hermoso que engañar al sincero, voy sembrando llanto y terror en mis pasos.

Realismo: el silencio es incauto, lujo robado.

Idealismo: no tengo ventana para asomar mi humanidad.


Segunda escena.

De regreso en la plaza en un rosal, hay una bella criatura
Que quiere expirar, es momento de soñar.

Sombra: sobre una vieja roca una moza duerme tranquilamente, el viento pasa sobre su oda resplandeciente.

Canto: su piel es blanca y su rostro es forjador de paz.

Sombra: despierta y con ella un deseo impaciente.

Aislinn: clava en mí tu cuchillo centelleante, en donde toque
El arpa humeante, para que flote en el río de los cielos.

Canto: vierte la escarcha bendita sobre el alma.

Aislinn: el soplo de mi aliento vuela sin remordimiento.

Canto: guardas silencio y te estremeces, acaso te aflige la vida mundana.

Aislinn: alza tu cuchillo y clava en mí tu rencor, quiero ver tu sonrisa como un rayo de sol entre la lluvia.

Sombra: la mano duda angustiada, pero, la acción te llama.

Canto: que dilema al salir el sol.

Aislinn: la mañana llega a mi casa, viene melancólica como ayer, quiere escuchar mi canción.
Canto: muy desolada en la calle vas, muy desolada vos, cantando al viento una canción.

Aislinn: cual rocío siento muy cercas de mi corazón, la tarde no llego, se fue con la noche ha escuchar otra canción.

Sombra: te ves en el espejo y emanas rencor, sientes la desesperación que conduce al panteón.

Aislinn: no puedo comprender el vivir, en donde duerme la compasión, en donde compro el amor, en donde nace la libertad.

Canto: gritando al viento se quiebra la voz, es momento se salir.

Sombra: en donde aborta la realidad, es momento de matar al ideal.

Aislinn: nace la desolación.

Sombra: el cielo se puso funesto, las nubes doblan al nacer y gritan al caer, el viento se enfurece al roce con el orbe, pero, no te mueves.

Canto: impulsando la rabia contra el pecho surge un grito que desgarra las entrañas de la reina de la castidad, la vista se desvanece y la lluvia es roja.

Sombra: exacto amigo, escucha la canción tarda.

Canto: hay tristezas que levantan y matan, rosas que lloran
Y sufrimientos que cantan.


Tercera escena.

Cuantas veces he visto lo acontecido en el fondo del cristal,
Tal vez solo sea la imaginación, hay que elevar nuestro canto
Compañero, pues, el tiempo se detiene.

Primera sombra: como es posible llegar al árbol de la vida compañero, incluso como beber del río del saber.

Segunda sombra: púrgate de la moral y la ética, continúa.

Primera sombra: cada dia de mi vida la duda me atormenta.

Segunda sombra: de lo bueno encuentra lo malo y de lo malo encuentra el bien.

Primera sombra: todos los días estoy tentado ha forjar un destino incierto, lleno de ironías mi anhelo y busco lo que me compone.

Segunda sombra: vaya crueldad a tu ser compañero, si piensas comienza la duda, luego a pasos cortos viene la vida, pero, choca con tu ideal; si razonas fallece la esencia, Luego como un rayo se da a lucir la existencia, inmediatamente después llega el componente.

Primera sombra: eso es altivez compañero.

Segunda sombra: la arrogancia con traje de seda, con corona de plata y cetro de oro grita al viento:
Si pienso vivo a priori, luego razono y existo a posteriori.


Es momento de cerrar mis labios decorados con letras,
La pagina oscila con el final, lo dicho ha de quedar grabado en mis ojos y lo susodicho es veraz para el que lo entienda.


Yaem…
03/04/03.




 
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Descripción

Es una parva sátira en alegoría.

Palabras Clave: sátira

Categoría: Ensayos

Subcategoría: Pensamientos



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