A veces miro através de mi ventana,
Salir el sol por detrás de la montaña,
Lento, radiante, cansino, casi mágico
Y pienso, ¿Cuál es mi pena?
Y la imagen me responde, ¡solo hay calma!
A veces miro a mis hijos jugar en el patio,
Descalzos pisan la tierra húmeda por el rocío,
Se miran, se ríen, y guardan secretos de niños,
Y pienso ¿Cuál es mi pena?
Y la imagen me responde, ¡solo hay calma!
A veces miro como corre el río que vive frente de casa,
Fresco, inmutable, sereno, para el alma saludable,
Río que lleva, suntuoso y espléndido la vida
Y pienso ¿Cuál es mi pena?
Y la imagen me responde ¡solo hay calma!
A veces veo llegar a mi madre, vital, fuerte, tenaz,
Con mil propuestas para que yo sea feliz,
Me observa en silencio, sonríe y sus bellos ojos brillan,
Y pienso ¿Cuál es mi pena?
Y la imagen me responde ¡solo hay calma!
A veces veo al mundo herirse no solo con las armas,
Sino con palabras, con indiferencias, con discriminaciones,
Con la violencia que conlleva el odio y la saña,
Y pienso ¿Cuál es mi pena?
Y la imagen me responde ¡no conocen la calma!