Suelta de palomas para la fugaz hipocresía de una foto
y la paz que aguarda un gesto mas preciso,
un acuerdo sin fisuras para un tiempo que reclama menos
verba y la pasión de trabajar sin ataduras.
Frases que se estrellan en la puja de verdades defendidas
con ardor junto al cáliz que susurra con temor sin animarse
a denunciar la cobardía de otro maquillaje.
Láminas del odio que tapizan los estantes donde el brandy
aún gotea por la mas que diminuta minifalda de la fría secretaria
de otro impávido magnate  que se atreve a una fellatio  en las mullidas
carpetas del sacrificio malayo.
Mucha prensa y gran festejo para un logro,
vil acuerdo que sumerge las promesas de otra cumbre
donde ya no importa el gas ni los invernaderos
sino el triunfo de los "Giants"  y un buen mordisco
a esa pata de cordero.
Ya repugna, ya destilan otra sangre estos versos que propagan
desazón de mil mortajas,
que se inmolan en oscuras bibliotecas de poetas y destinos olvidados,
tan cautivos del terror mas arbitrario,
tan esquivos al garrote libertario,
que amontonan esta bronca milenaria y se guarecen
de una lluvia de puteadas cuando apelan a los sueños,
a la historia que les viene prefijada,
como un terco bastidor que descubre al otro lado las carencias
de los hombres,
las virtudes impostoras de los temibles halcones,
invisibles celadores que acechan estas palabras y
castigan la ofrenda digna de los viejos luchadores.