Sentado en las afueras de algún desierto mitológico, tome lo que era una lámpara sembrada entre la arena, con mi reflejo en ella, talle su costado y de pronto salio el genio con humo de estrellas, a brazo cruzado y flotando en el viento, me miro fijamente al momento que vio que tire aquel instrumento, muy enojado grito que había tirado su hogar al suelo que era un hombre que le había faltado al respeto, recuerdo que mis ojos simplemente ignoraron su presencia, mis oídos fueron sordos a sus reclamos y mi pasos se alejaron de donde se encontraba flotando, él al ver mi nada de intriga ni mucho menos impacto, decidió seguirme después de largo tramo, toco mi hombro con su dedo pesado y me dijo -que tienes muchacho?-, nadie le había mostrado tanta indiferencia, es mas nunca nadie había faltado al respeto a su vivienda, aquella lámpara brilloza que yo tire con destreza, mis palabras no existían para respuestas, y mis ojos se perdían entre la arena suelta, pero aquél genio consternado me seguía sin mover los brazos, -acaso no tienes sed, después de tanta caminata?- comentaba aquél genio que estaba a mis espaldas, era como un camello, sin sed y con joroba de ir cabeza gacha y hombros apagados, pero seguía caminando con mi mente en otro lado… el genio simplemente ya asustado paro su cuerpo de espuma frente a mis pasos, puso su mano en mi pecho y paro todo el universo, mi mirada seguía perdida en los posos de la arena vacía, cuando en voz cortada pregunto, -cuanto tiempo?- fue entonces que alce mi rostro y lo mire a los ojos que daban un color azul de cielo y respondí -20días y 60 noches-…

El desierto simplemente callo…