Ella le abrió suavemente la gran puerta,
Teniendo dibujada en su rostro de porcelana,
Una sutil y pícara sonrisa cómplice…
Y femenina… por sobre todas las cosas…
Ella siempre era muy femenina…

El ingreso galante, pero con su rostro ruborizado…
Al punto tal de olvidar la rosa roja en su corcel…
Por ende, ni bien pisaba el umbral por primera vez,
Le fue imprescindible retroceder corriendo a buscarla…
Prácticamente, un caballero bastante tonto…

Y volvió… e ingresó al palacio…
Beso de rodillas la mano derecha de la princesa…
Lo hizo por unos segundos un tanto prolongados…
Al punto tal de incomodar un poco a la dulce mujer…
Era tal su excitación… que los protocolos parecían comenzar a fracasar…

Ingresaron a la sala Real de la mano…
Y ella, disimuladamente lo invitó a tomar asiento,
Nada menos que en el sofá más cómodo del palacio…
Y antes de aceptar, el caballero le rogó que sea ella,
Con un gesto de cortesía y cerrando sus pestañas, quien tome asiento primero…

Ella estuvo tentada de soltar una carcajada…
Y el, muy iluso, creía que la traía deslumbrada…
Y como de tanto mirarla a los ojos exaltado,
No llegaba a organizar en oraciones las palabras,
Ella, muy divertida de la situación comenzó a poetizar hablando…

El no estaba dormido,
El se dio cuenta de su deslumbre mudo
Y también de que una mujer necesita de bellas palabras,
Entonces, sin soltarla de las manos,
Le dijo:

“Si ha de ser la voluntad de mi amada conversar,
Utilizando la lírica de su bella alma,
Este caballero estaría dispuesto, sin lugar a dudas a:

“Contar relámpagos…
Enumerar estrellas…
Poseer cuadros abstractos de dibujos realizados en las nubes…
Convocar a dragones para un gran cortejo…
Adueñarse de la luna para obsequiársela…
Y hablar hasta minutos antes de que lleguen los Reyes…
El caso es, que este Caballero la ama mucho
Y en este breve instante que acontece,
En medio de dos vidas muy complicadas,
Solo desea desnudarla…
Y amarla…
Mucho…
En concreto…
Con todo respeto, bella princesa…”

Y lo hicieron…
Y llegaron los Reyes…
Y el Caballero tonto...huyó por la ventana…