ASTRACTO
Publicado en Nov 29, 2009
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_ Hola como estas, como va tu día, saludo la chica.
_Bien mi princesa esperando unos CD de música suave, para cuando estemos juntos, ¿y que haces tú? dijo él.
_Que bien me alegro, yo estoy terminando de realizar unos trabajos de fisiología, y será todo por  hoy.
_Que te parece si nos encontramos hoy, ya hemos esperado lo suficiente.
_ OK mi amor, creo estar lista,  yo llego  allá espérame.
         El había estado comunicándose con ella, por más de un mes, mediante mensaje de textos y correos  electrónicos. Se describía como una joven soltera, de veinte años, cariñosa y con mucho deseo de ser feliz. La conoció por cosas de la vida, en una de las tantas páginas que ofrece Internet, para bajar y publicar fotos. Primero intercambiaron correo, luego Messenger y luego la conversación por celular, que se prolongaba muchas veces hasta altas horas.
         Movió la cabeza a la izquierda, y el tiempo paso volando. Se encontraba en la parada de bus, y la esperaba pacientemente. Acaecía para el momento, un retardo de dos horas del tiempo señalado para el encuentro. Viró la cabeza  y vio una señora, de piel blanca, con un atuendo impropio para el tiempo; chaqueta blanca hasta el cuello, pantalones jeans cuya parte inferior estaban dentro de unas botas de goma color azul, que le llegaban casi a la rodilla. En sus manos un celular y lloraba mientras se le acercaba diciéndole:
_Le di permiso para que fuera a visitar a un amigo y no ha regresado, ni me ha escrito.
_ ¿Quien señora? le pregunto él.
         La mujer le describió la muchacha, cuyas señas coincidían con la que él esperaba. Sintió un poco de nervios ¿Qué esta pasando aquí? Se pregunto. Se sintió extraño; lejano, como cuando las voces se dispersan en medio de la neblina y las manos buscan infructuosamente, a tientas, el cuerpo esquivo que se aleja dejando en silencio el eco de una voz.
         Desplazó nuevamente la cabeza, y vio un carro de pasajeros acercarse. "Ahí viene" dijo la madre, cerrando un poco los parpados tratando de enfocar su hija. "allí "dijo nuevamente. Él Busco con sus ojos en el interior del vehiculo, y vio al lado del conductor a una chiquilla de catorce años aproximadamente, que le hacia señas. Descendió y se le acerco dándole un abrazo.
          A escasos metros dos viejas vecinas conversaban con la madre, debajo de una sombrilla playera de un vendedor ambulante de perros calientes.  Intuyó que la conversación se  refería a él, la mujer le  sonrió pero notó duda en su mirada. A la par, las vecinas le veían con rabia y envidia al verle al lado de la jovencita.
_Vayámonos, le dijo la madre.
_Ya va que él me brindara un chocolate y un refresco, dijo pestañeándole al hombre.
         Todo pasaba tan rápido y confuso que el tiempo no le permitía ordenar las ideas. Todo se convertía de pronto en un laberinto. Quiso gritar "esta no es la mujer con quien yo chateaba", quiso hablar, fue a decirle algo, cuando la jovencita lo tomo del brazo y lo llevo a la panadería que estaba al frente. Entraron al local y mientras lo atendían, la vio coquetear con un viejo amigo de la infancia. Molesto se acerco insinuándole que andaba con ella. Él viejo amigo sonrió maliciosamente y se retiro. La jovencita le volvió a sonreír mientras él azaroso e incomodo sacaba el dinero para pagar.
         Salieron del negocio y la madre no se encontraba por ningún lado. Él sintió aquello extraño e insólito. Ella lo invito a que la acompañara hasta la otra parada, ubicada a un kilómetro de allí. Ambos marcharon yendo a través de  un camino de tierra y abundantes árboles. Casi llegando, la muchacha lo instigo a entrar a una casa grande, de fachada blanca. Aquello giraba ciento ochenta grados, causándole desorientación.
         Aquello resulto chocante, sentía que las brumas de las sombras lo abrazaban entretejiendo cadenas imaginarias que lo ataban irremediablemente a las circunstancias.
         Ella le paso la mano por el pecho y se introdujo en la casa sonriéndole, él quiso decirle "Vente que tu mamá te espera", pero extrañamente una fuerza  lo empujo a seguirla.
         Al voltear la vio en la sala, nuevamente coqueteando, esta vez con un joven conocido, quien la intentaba seducir. Vio cuando la tomo por la cintura y ella trato de huir pero no pudo, la lanzo al suelo quedando en posición cubito dorsal y luego se posó sobre su espalda con movimientos lujuriosamente rítmicos, mientras la envolvía con sus palabras.
         Él sintió que su mano buscaba algo en el vació, en la nada, y allí encontró un tenedor de afiladas puntas que relumbraba de tanto brillo. Lo tomo por el mango y luego le grito al hombre.
_ Déjala imbecil, que ella anda conmigo.
         Ante la amenaza la soltó y ella corrió hacia la cocina. El entro exhausto, agobiado, molesto. Para encontrarse a la mamá de la muchacha, vistiendo de manera diferente y extrañamente de piel más oscura, acusándole en medio de una reunión, donde estaban dos jovencitos de buena apariencia; vestidos de corbata y pantalón de gabardina. La mujer lo acusaba mientras lloraba angustiosamente.
_Como es posible que haya despreciado a estos jóvenes hermosos, para irse con este hombre.
         Pronunciaba esto, mientras lo golpeaba en el pecho y sus ojos relumbraban profundamente.
_ Señora yo no tengo nada con su hija, atinó a decirle_ ¡Ella no es la mujer que yo espero!
         Un fiscal de transito estaba a pocos metros, tomando notas y se mantenía muy serio tratando de ser lo más imparcial posible. A escasos metros de él estaban dos personas que aparentaban ser testigos, encontrándose de brazos cruzados. Aquello resultaba reiteradamente extraño para él, vivía en carne propia la incertidumbre de ser  y no ser, de estar y no estar.
         Sintió que la mamá de la joven lo agarró de la mano, y se le acercó con insinuaciones carnales, y mientras le apoyaba una rodilla en sus partes íntimas, le oyó decir:
_Yo sabia que era inocente, solo fue una confusión, un mal entendido.
         Él hombre vio cuando el fiscal de transito le sonrió y guardo su libreta de anotaciones. Volteo a la izquierda y vio a la chiquilla juguetear con los jovencitos, sus ojos reflejaban la fuerza de la juventud que brotaba intensamente en los albores de su adolescencia. Respiro profundamente, mientras el susto le pasaba. "¡no me vuelvo a conectar al Messenger!" gritó, mientras luchaba por desprenderse de la mujer que lo abrazaba y agarraba lujuriosamente ante la mirada y risa de los presentes.
        Ahora comenzaba a respirar con impotencia, al tiempo que su cuerpo luchaba desesperadamente, por destrabarse de aquellas cadenas tortuosas que lo sujetaban.  En un movimiento brusco, cambió nuevamente la cabeza de lugar, y en ese breve instante de la nada,  despertó con una extraña sensación, de aquel sueño perturbador que lo agobiaba.        
  
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Descripción

UN HOMBRE SE ENCUENTRA ATRAPADO EN UNA RED DE SITUACIONES, QUE COMIENZAN AL ABRIR EL MESSENGER Y COMENZAR A CHATEAR CON UNA JOVEN.

Palabras Clave: ASTRACTO

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin


Creditos: FLORENCIO MALPICA

Derechos de Autor: FLORENCIO MALPICA


Comentarios (2)add comment
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florencio

si es cierto, pero lo trate de ubicar como si fuera un sueño. y los sueños son complicados y atemporales y cambian de situaciones. se pueden persivir los personajes en roles diferentes. etc.
y el fondo del mensaje es bien conocido. en internet "imagenes vemos corazones no sabemos".
saludos..........
Responder
May 01, 2010
 

Alfonso Z P

Complicadito el cuento Florencio, pero esas historias del chateo y los mensajes ya
son frecuentes, principalmente para cometer fechorías.
Bueno con estrellas.
Saludos: Alfonso
Responder
May 01, 2010
 

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